Iglesias habaneras

Iglesia de Jesús de Miramar. Foto: Wilder Méndez

¿Sabía usted que Jesús de Miramar, en la Quinta Avenida habanera, es, con relación al área que ocupa, el mayor templo de Cuba, pero que la Catedral de Santiago la supera en cuanto a capacidad para los fieles? ¿Qué la parroquia del Sagrado Corazón, la llamada iglesia de Reina, es, con sus 74 metros, la más alta construcción religiosa cubana? ¿Qué la imagen de bulto de la virgen del Carmen, en lo alto de la torre de la iglesia del mismo nombre, en Infanta esquina a Neptuno, es, con sus catorce toneladas de peso, una de las esculturas más grandes de La Habana? ¿Qué en la capital de la Isla vivieron dos sacerdotes virtuosísimos a quienes la Iglesia canonizó luego?: Son San Luis Beltrán y San Francisco Solano. A este, el Ayuntamiento de La Habana, en sesión de 6 de febrero de 1632, se comprometió a adoptarlo como santo patrono de la ciudad.

Si le interesan estos temas, quédese con nosotros porque hay más. Le diré enseguida que la primera iglesia habanera estuvo instalada en un bohío que algunos historiadores sitúan en el espacio que con el transcurrir del tiempo ocupó el palacio del Segundo Cabo. Ese bohío fue destruido en 1550 y diez años después la ciudad se hallaba todavía sin iglesia. Quedaría terminada en 1574 en el lugar que ocuparía el palacio de los Capitanes Generales.

El 30 de junio de 1741 un rayo cayó sobre el navío Invencible, anclado en el puerto de La Habana. La explosión hizo que se resquebrajaran muchos edificios de la ciudad, y la Parroquial Mayor quedó en estado de ruina. En 1772 una Real Cédula aprobó la instalación de la Parroquial en la iglesia del colegio de la Compañía de Jesús y la demolición de las ruinas para construir allí la Casa de Gobierno. Provisionalmente se estableció el culto en el oratorio de San Felipe de Neri, convertido transitoriamente en Parroquial hasta que el 9 de diciembre de 1777 se realizó el traslado de la Parroquial Mayor desde el oratorio hasta la mencionada iglesia de los jesuitas, transformada más tarde en Santa Iglesia Catedral, en el mismo sitio que ocupa en la plaza que lleva su nombre.

El obispo Diego Avelino de Compostela fue ejemplo de virtudes y laboriosidad. Solo en la calle que terminaría llevando su nombre, construyó Compostela cinco templos: los de Santa Catalina y Santa Teresa, ambos con convento, el de Belén, con su asilo de convalecientes, el de San Isidro, con el hospital de su nombre, y del Santo Ángel Custodio.

Iglesia del Santo Ángel Custodio. Foto: Luis Alveart.

En la iglesia del Ángel fueron bautizados Félix Varela y José Martí. Cirilo Villaverde sitúa en esta iglesia un pasaje importante de su novela Cecilia Valdés o La loma del Ángel. Precisamente en la loma del Ángel vive Cecilia, la protagonista de su historia.

La loma y los alrededores de la iglesia del Ángel eran el escenario de las fiestas de San Rafael, famosas por sus voladores y juegos de azar, oferta de comidas ligeras y bailes; orquestas que derramaban torrentes de armonías incitadoras con danzas como El forro del catre, y Si el mar fuera de tinta, cuyos melodiosos acordes llevaba en oleadas el aire a largas distancias. Se extendían aquellas fiestas por espacio de ocho días.

Iglesias de las más antiguas en La Habana son el Espíritu Santo, el Cristo del Buen Viaje y el Santo Ángel. También lo es la de Jesús del Monte: el primer bautizo asentado en sus registros es de 1690.

La iglesia de las Ursulinas, en la calle Egido, pasó a ser la sala cinematográfica Universal cuando esas monjas se instalaron en su nuevo convento de las Alturas de Miramar. El convento de Santa Catalina de Sena, arrasado, dio paso al edificio de la Metropolitana, y el convento de Santa Teresa se convirtió en almacén. Algunas iglesias se quedaron a medio hacer, como la de El Carmelo, en el Vedado. Permaneció durante largos años con aspecto de ruina hasta que el padre Reginaldo se empeñó en terminarla a base de limosnas y asumiendo él mismo, y solo con un auxiliar, el trabajo de albañilería. Fue extraordinario lo mucho que consiguió. Pero la muerte no le permitió concluir su obra.

"Columnas" de Liborio Noval: El Palacio de las Ursulinas, La Habana Vieja

En video, Iglesia del Santo Ángel en La Habana