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Una experiencia muestra cómo la sabermetría y otros recursos pueden optimizar el pitcheo en Cuba (+Video)

En Cuba, la sabermetría ha comenzado a utilizarse en los entrenamientos de equipos de béisbol. Foto: Alfredo Ríos.

Como el béisbol es pasión y a las pasiones es difícil renunciar, en Cuba “la pelota” continúa a todo trance en el ir y venir del cubano. Sencillamente, la gente la extraña y habla de ella hasta en las colas, en las que ahora se precisa guardar distancias.

Luego de los últimos certámenes internacionales en los que ha participado el equipo cubano, analistas, conocedores, peloteros y el juego en sí han demostrado que el pitcheo no ha sido, a primera vista, el punto determinante en las derrotas de la selección nacional, en las que sí ha sido patente la baja productividad en la ofensiva.

Sin embargo, las características de nuestros lanzadores sí tienen parte en los resultados e influyen –por su desempeño en la Serie Nacional– en el rendimiento de los bateadores cubanos durante los torneos en el extranjero. Empecemos por partes.

Frank Herrera: Un estudio de caso

Frank Herrera, lanzador de Industriales. Foto: Cortesía del entrevistado.

Era domingo 5 de enero de 2020. En el estadio Latinoamericano, el equipo Industriales jugaba su último partido de la Serie Nacional 59 en casa. En el quinto inning ganaban los camagüeyanos 6 carreras por 0. Para intentar detener la embestida de los Toros, Anglada subió al montículo al derecho Frank Herrera.

En cuatro entradas y un tercio le batearon de 15-2, para un anémico .133; permitió una carrera sucia, ninguna limpia y propinó un ponche. Además, concedió una base por bolas y dio un pelotazo. Luego de un fly al jardín central el juego terminó 7-5, la serie pasó al Cándido González y cerró el Latinoamericano en la pasada temporada.

Aun con derrota para los capitalinos, el partido demostró en la práctica la optimización de la forma deportiva de Frank, pitcher sin grandes condiciones naturales (recta entre 85-89 mph), que gracias a métodos de entrenamiento avanzados y la sabermetría logró su mejor versión.

Sobre cómo utilizó la ciencia y la tecnología en función de su brazo, Frank Herrera, de 27 años, cuenta que debutó en la Serie Nacional 56, con Javier Méndez. “Asumí todos los roles: abridor, relevo largo e intermedio, e incluso cerrador. En el campeonato siguiente no pude estar por una lesión en el codo. En la 58, cuando regresó Rey, no tuve mucho protagonismo, lancé pocas entradas.

“Para la Serie Nacional 59, fui dado de alta de la molestia. Al principio no hice el equipo, pero luego me incorporé. Gracias a los ajustes en el diseño del pitcheo tuve una participación destacada, sobre todo en la segunda parte del torneo y en los play-off”.

¿Cuáles fueron esos ajustes?

–Todo comenzó cuando conocí al sabermétrico Alfredo Ríos y a un coreano, técnico en desarrollo de jugadores, que colaboró con la Comisión Nacional de Béisbol. Este último trajo el Rapsodo, dispositivo muy utilizado en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) para ajustar el diseño del lanzamiento, sus rotaciones (spin rate), su movimiento horizontal y vertical, eficiencia, entre otros.

“Cuando hicimos la primera sesión de Rapsodo, pensé que lanzaba dos tipos de rectas (cuatro y dos costuras), pero al obtener los resultados del radar, el movimiento fue muy similar entre las dos. Entonces decidí quedarme con la de cuatro costuras, y es la que mantengo ahora.

“También tiraba curva. Creía que era muy buena, e incluso lo decían algunos bateadores; sin embargo, tras la explicación del técnico coreano, comprendí que no tenía las rotaciones por minuto que hacían falta.

“Basado en las características de mi brazo y en los resultados de Rapsodo, me recomendó entonces que ajustara una slider. Comencé a probar a partir de la segunda sesión. La razón era que mi curva y mi slider tenían rotaciones similares, pero la slider utilizaba mejor sus rotaciones para el movimiento de la bola (mayor eficiencia). Este cambio me funcionó perfectamente. En la Serie Nacional lancé bastantes sliders y di una cantidad considerable de ponches (15) en solo 22 entradas.

Resultados inmediatos

Herrera explica que en estos momentos trabaja en el cambio. “Antes lo lanzaba de tres dedos, pero ahora busco que la bola se caiga más y se mueva más sobre la horizontal, para que al bateador derecho se le pegue la pelota y se le aleje al bateador zurdo. Ese cambio dará como beneficio que el contrario conecte más rollings, pues se trata de una recta de menos velocidad y rotación. La justificación científica viene de la física, a partir de las rotaciones de la bola y en el eje en que esta lo hace.

“He sido privilegiado por tener este tipo de entrenamiento, que me brindó la posibilidad de buscar mi mejor versión. En la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo tuve la suerte de contactar con el profesor de béisbol Enrique Rojas. Agradezco profundamente su ayuda incondicional para hacer posible mi participación y la de otros jugadores universitarios en los clásicos nacionales.

“Cuando no pude acceder más al Rapsodo, seguí trabajando junto al profesor con objetivos más claros. Esta vez hicimos un entrenamiento utilizando, por primera vez, bolas de diferentes pesos (entre 3-11 onzas) y las bolas plyoCare, implementos que permiten, entre otras cosas, fortalecer el brazo, evitar lesiones y mejorar el repertorio a partir de las recomendaciones recibidas”.

Para complementar el trabajo con el Rapsodo, se utilizaron los siguientes elementos e implementos:

“Es necesario aclarar que las ligas, los dumbbells, las plyoCare, las bolas pesadas, son artículos muy importantes. En Cuba no hay acceso a ellos. Hay que buscarlos en el extranjero y traerlos al país”, afirma el pitcher capitalino.

Habla el sabermétrico Alfredo Ríos

M. Sc. Alfredo Ríos, sabermétrico e investigador del Centro de Investigaciones del Deporte Cubano. Foto: Tomada del perfil de facebook de Alfredo.

“La exigencia competitiva ha aumentado. El uso del Rapsodo en el sistema de MLB es prácticamente masivo. Los lanzadores lo tienen en su poder, incluso fuera de temporada. Para lograr un resultado a este nivel, nuestros atletas están en desventaja, porque compiten contra jugadores formados en un sistema en el que disponen de estas herramientas para su desarrollo”, señala el ingeniero Alfredo Ríos, sabermétrico e investigador del Centro Independiente de Investigaciones del Deporte Cubano.

Respecto al caso de Frank, Alfredo lo cataloga como una eventualidad, al tener la oportunidad de acceder a esas tecnologías. “En ese momento, él no estaba en la Serie Nacional y tenía tiempo libre para realizar los ajustes. Tuvo la disposición de hacerlo y se dio la posibilidad de trabajar de forma sistemática, porque en muchos casos se hace, pero solo en una sesión”.

¿Cuál fue la estrategia en ese último juego de Industriales contra Camagüey en el Latinoamericano?

–Fundamentalmente, nos basamos en seleccionar lo mejor del repertorio de Frank. En el plan teníamos concebida la slider como principal arma, a partir del reporte de scouting y las características de este pitcher.

“Casi la mitad de los lanzamientos fueron sliders (47%) y de estos el 70%, strikes. Los bateadores se fueron de 8-0 frente a sliders, cuya velocidad se comportó estable entre las 78-80 mph, con solo 13% de líneas permitidas. Antes utilizaba su recta (57%) y su curva (39%), esta última con tan solo 56% de strikes”. Es evidente la diferencia entre su estrategia anterior y la de ese juego”.

¿Qué posibilitaron las sesiones con el Rapsodo?

–Con Frank hicimos tres sesiones (una para el diagnóstico inicial y dos para ajustes en tiempo real). Además del ajuste antes mencionado por Frank (sobre el tipo de rectas), se pudo identificar que el movimiento de su cambio y su recta eran similares.

Entonces, se comenzó a trabajar para que su cambio, no solamente se diferenciara de su recta en velocidad, sino que también alcanzara un movimiento diferente (caer más y “sinkear”). Esto requiere de un ajuste en su muñeca y dedos en el momento de liberación de la bola, que solo se puede controlar a través del Rapsodo.

“Su curva promediaba entre 70-74 mph, con velocidad muy inferior a la recta y poco movimiento debido a las bajas rotaciones, más predecible por los bateadores. Esta temporada, al cambiar la slider por la curva, comenzó a lanzar la slider entre 78-82 mph, con un movimiento similar a la recta en los primeros 20 pies y con mayor movimiento en la parte final (fenómeno conocido como túnel)”.

¿Esto podría estar relacionado con la baja ofensiva de nuestros bateadores?

–Este diseño de los lanzamientos puede estar influyendo en el rendimiento de los bateadores cubanos en eventos internacionales. Lo que se utiliza en el béisbol actual son lanzamientos rápidos, con mayor variación en la parte final. Eso se vio en el Premier. El bateador identificaba tarde el tipo de lanzamiento, esto desestabilizaba su mente y terminaba fallando el swing porque percibía que era recta; sin embargo, al final la bola variaba y, si lograba conectar, era rolling, una conexión con menores probabilidades de convertirse en hit.

“Nuestros bateadores observan durante todo el año lanzamientos con características diferentes de los que utilizan los pitchers contrarios en competencias en el extranjero. Por lo tanto, aunque los bateadores pueden prepararse para estos envíos, es extremadamente difícil ajustarse en eventos de corta duración”.

Alfredo asegura que actualmente en Cuba, gracias a la colaboración del Grupo Independiente para la Investigación del Béisbol (GIIB), se utiliza Pitch Tracker, herramienta más económica que el Rapsodo, aunque sin todos los detalles que brindaría este. “De todos modos, nos acerca al diseño del pitcheo que tienen hoy las principales potencias de la disciplina. Se aplicó en la preparación de la selección nacional para los próximos juegos olímpicos con la asesoría de José Manuel Cortina, Pedro Luis Lazo y Raciel Sánchez. Tecnologías como estas pueden ser muy útiles para el desarrollo del béisbol cubano desde la base”.

El trabajo continúa, Frank Herrera nos comenta sobre el impacto de estos métodos en la preparación de Industriales rumbo a la 60 Serie Nacional. “Bajo la dirección de los profesores José Elósegui, Lázaro Valle y Javier Gálvez se sigue profundizando en estos entrenamientos, tanto desde el punto de vista físico como táctico. En cada sesión de entrenamiento, destinamos unos minutos para analizar y debatir aspectos esenciales para mantener una correcta efectividad durante el juego”.

A Frank le corresponde ahora no dejar de lanzar para confirmar aún más el avance en su rendimiento; a la pelota cubana, incorporar con mayor sistematicidad la sabermetría en la preparación de las diversas áreas, con preponderancia del pitcheo, responsable del 75% de las acciones en un partido de béisbol.

Si bien las condiciones naturales del lanzador son la materia prima para la optimización de la forma deportiva, la ciencia y la tecnología son el complemento necesario para lograr que un pítcher –con independencia de su potencial innato– luzca altamente peligroso ante los contrarios, quienes automáticamente buscarán nuevos mecanismos para descifrar sus envíos.

Se trata de un salto de calidad entre eternos rivales: lanzador y bateador. ¿Quién lanza entonces la primera bola?

Rapsodo, uno de los instrumentos más utilizados en la sabermetría.

Pitch Tracker, novedoso instrumento que pemite medir el spin rate y el spin direction, entre otras métricas. Antes solo se medía la velocidad de los lanzamientos.

En video, slider de Frank Herrera en la Serie Nacional de Béisbol 59

En video, estudios sabermétricos utilizados en el pitcheo cubano