La Policía Boliviana, que pidió la renuncia de Evo, reprime a quienes se manifiestan contra el golpe de Estado. Foto: Reuters.
Llueve en La Paz, Bolivia, en la madrugada de este lunes. Evo Morales ha renunciado a la presidencia y llueve en la capital del país. La lluvia, además de hacer germinar la tierra, a veces sirve para calmar la violencia, para espantarla. La lluvia es buena. Hace que, por instantes, haya paz en La Paz. Sin embargo, la ciudad es un hervidero de espanto cuando escampa.
Es 11 de noviembre de 2019. Ha pasado menos de un mes desde las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Golpe de Estado en Bolivia. La Organización de Estados Americanos (OEA) se precipita en los resultados de la auditoría que debía presentar el próximo día 12, y elabora un informe preliminar sobre presuntas irregularidades que no demuestra, por lo que convoca a elecciones. Evo lo acepta. Quiere, a toda costa, evitar las acciones represivas por parte de la oposición, que muestran los videos. Pero a Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho no les importan nuevos comicios. La Policía y las Fuerzas Armadas (FFAA) se suman al golpe. Piden la renuncia de Evo.
¿Cómo entender el contexto político de Bolivia? ¿Cuál es el escenario ahora mismo en ese país luego de la dimisión del presidente? Cubadebate conversó vía WhatsApp con el analista boliviano Hugo Moldiz.
“El escenario después de la renuncia del presidente Evo Morales no se ha modificado sustancialmente. Hay una oleada fascistoide que –con la absoluta indiferencia de la Policía, por no decir complicidad– se ha dedicado a tomar casas de compañeros del Movimiento Al Socialismo (MAS) y quemarlas, y a amenazar a sus familiares. Ha empezado la persecución de dirigentes sociales y populares. No ha bajado el nivel de agresividad y violencia”, afirma Moldiz.
¿Cuál ha sido la reacción de los movimientos sociales defensores de Evo?
-Este lunes se espera que el nivel de reacción de sectores sociales vinculados al MAS, que ya han estado resistiendo, sobre todo en la ciudad de El Alto, pueda incrementarse. Pero, además, que la Federación Campesina Túpac Katari, con 20 provincias, pueda sumarse a una marcha hacia La Paz o un bloqueo general de caminos en defensa del proceso de cambio, de la democracia y del presidente Evo. Lo que tenemos en contra es a la Policía y las Fuerzas Armadas, que han sido parte de este golpe.
El periodista boliviano Hugo Moldiz. Foto: Resumen Latinoamericano.
¿A qué cree que se deba la postura de las fuerzas de seguridad?
-La policía y las Fuerzas Armadas siempre han estado guiadas por la doctrina de la seguridad nacional, en la que el enemigo está dentro y no fuera del país. Y nosotros no logramos cambiar esa doctrina ni producir nuevos militares y policías de acuerdo con nuestra visión.
Según Atilio Borón, esa doctrina está bajo los preceptos del imperialismo...
-A eso me refiero.
¿No se trata, también, de un problema estructural? Si la Policía y las FFAA no están junto al Gobierno, es difícil gobernar…
-Sí, pero mientras el Gobierno de Evo era fuerte y la oposición débil, pues se acomodaron. La derecha se ha consolidado.
A Camacho no le basta la renuncia de Evo. Pide ahora continuar la movilización, que en realidad es represión, hasta tanto se forme un Gobierno transitorio. ¿Cuáles son los próximos pasos para establecer un Gobierno, teniendo en cuenta que los otros cargos que establece la Constitución para asumir la presidencia tienen los asientos vacíos por las propias amenazas a la vida?
-Todo lo que harán es contra la Constitución y las leyes. Con la renuncia de Adriana Salvatierra en el Senado y de Víctor Borda en la Cámara de Diputados, lo primero que deben hacer es elegir nuevos presidentes de ambas cámaras. Y eso está difícil para ellos, pues el MAS es mayoría.
Instaurarían entonces un Gobierno de facto ante estas normas constitucionales en su contra…
-Así es. Será un Gobierno ilegítimo, y una dictadura.
Mientras tanto, la OEA habla a medias. Su secretario general, Luis Almagro, felicitó a quienes participaron en la auditoría, y se pronuncia luego de 24 horas del golpe contra cualquier salida inconstitucional en el país. Evo renuncia para evitar la violencia en las calles. Pese a ello, la represión continúa. Los saqueos, amenazas y secuestros se suceden uno tras otro. Los policías reprimen y disparan a quienes apoyan a Evo. Bolivia duele.