El día que la Vía Blanca se tornó negra

La Vía Blanca fue una de las avenidas más afectadas por el tornado. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

Alrededor de las ocho y media de la noche del pasado domingo, la Vía Blanca de la capital vivió un momento negro. Las cuatro esquinas del semáforo que divide a dos de los municipios más afectados con el tornado, Guanabacoa y Regla, quedaron prácticamente hecha escombros.

El cartel que se encuentra en la entrada de la Sierra Chiquita deviene indicio de lo que encontraremos acto seguido: derrumbes de paredes, fragmentos de cubiertas en todos los portales y patios, cables de electricidad por doquier, pero ánimo, fuerza, esperanza.

“Estaba en casa cuando el fenómeno comenzó, eran poco más de las 8 y media de la noche. No te puedo decir en qué momento se fue el techo de mi casa, completo como si fuese una hojita de papel, con tres tanques de fibrocemento elevados que no se ni dónde fueron a dar”, explica la vecina de la zona, Yuramis Leyva Ramos.

Yuramis Leyva sintió como el techo de su casa volaba en pedazos (vivienda biplanta de la derecha). Foto: BigData News.

“El agua nos caía en la cara, pero sin luz no sabíamos lo que estaba pasando. Al otro día fue el golpe con la realidad. Nos quedamos con la mitad de las paredes de la casa y todas cuarteadas”.

Cuenta que tampoco supo en qué momento su mamá de 73 años cayó del balcón de un segundo piso a la calle, arrastrada por el fuerte viento.

Ahora mismo la mamá de Yuramis está ingresada con dos fracturas en el brazo y heridas en la cabeza y el abdomen. “La iban a operar pero están valorando su progreso, para no tener que hacerlo por la edad”.

“¡Le doy gracias a Dios que esté viva, es un milagro!”

Por otro lado, Yuramis y su hija querían meterse en el cuarto y no podían porque ya estaban las ventanas desbaratadas y el agua les empapaba los rostros.

“Todo fue en cuestiones de segundos. Estoy llena de yagas y con heridas en los pies porque queríamos ir para algún lugar y no podíamos en medio de la oscuridad y los escombros por doquier”, relata la propietaria de la vivienda calificada como derrumbe total.

Dentro de toda la situación, Leyva encuentra espacio para una broma cuando le pido recorrer la casa.

¡Claro mija, entra, disculpa el desorden! ¡Y, por favor, límpiate los pies! - me dice mientras sonríe.

La vivienda fue catalogada como derrumbe total por la arquitecta de la comunidad. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

La arquitecta de la comunidad recorrió la zona y determinó que había que demoler toda la planta alta. La brigada que fue asignada al área visitó también la vivienda y explicaron: “en cuanto demuelan vienen atrás levantando”.

"Entre esta pesadilla veo la luz en el fondo con toda la ayuda que he recibido de mi familia, del gobierno, de la iglesia que vino a hacer donaciones, de los vecinos y me siento optimista, positiva, no solo por mí, sino también por mis hijas, tengo que darles fuerza y verme fuerte".

No se siente cabizbaja ni melancólica, sino agradecida de que el tornado se llevó la placa y no cayó por pedazos encima de ella, su hija y su madre. Agradecida de preservar la vida, que es lo más importante de todo.

Dentro de toda la desgracia, Yuramis Leyva preserva su sonrisa y positivismo. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

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Regla Vaillant Fresneda es propietaria de un apartamento de dos niveles, que ahora solo se redujo a uno.

“Mi hija y yo estábamos viendo el parte meteorológico en ese momento, cuando en la ventana de la cocina comenzó un ruido, como si le estuvieran cayendo a piedras”, cuenta la enfermera de profesión.

La abrió rápidamente para percatarse y se da cuenta de que son granizos, de repente, par de piedras entraron y un viento ensordecedor las desconcertó.

“Luego sentimos como si viniera una máquina succionadora y arrancara el techo de un tirón, más tarde cayeron paredes y volaron objetos. Rescatamos los que pudimos, bajamos la cama, el colchón, el televisor”, cuenta.

El segundo nivel del apartamento de Regla Vaillant quedò completamente descubierto. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

Mientras me enseña lo que quedó del segundo nivel, un pedazo de teja acomodada provisionalmente cae con estruendo.

“Tranquila, yo rompí en llanto en ese momento y lloré por todos estos días, ahora mismo estoy curada de espanto y con mucha fuerza. Ayer mi esposo puso una ventana y en estos días pondremos la otra y así, poco a poco”, comenta Vaillant.

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Doce familias de un edificio de microbrigada, construido hace solo siete años, están hoy amparados en el Liceo de Regla, convertido por los organismos del municipio en un albergue para los muchos damnificados de la zona.

Virgen Beatriz Pérez Milan es vecina del apartamento 12 en el tercer piso de este inmueble de cinco plantas, que luego del tornado quedó sin su cubierta y la zona de los balcones de la parte izquierda.

Según explicó Pérez Milan, el arquitecto determinó demoler completamente esa ala del edificio, pues las paredes de los apartamentos están muy resentidas con el derrumbe de los balcones, por tanto, luego de la demolición quedarán de nueve a 12 apartamentos, de un total de 25.

El ala izquierda del edificio multifamiliar de 25 apartamentos cercano a la Vía Blanca será demolida completamente. Foto: Naturaleza Secreta/ Facebook.

“La situación fue horrible. Cuando voló la cubierta del edificio escuchamos los gritos de los vecinos pidiendo ayuda, bajaron al piso contiguo o a casa de sus familiares gritando por las escaleras de miedo”.

“Mi hija y yo no comprendíamos lo que pasaba hasta que se desplomó parte del ala izquierda, un estruendo que jamás voy a olvidar acompañado de un ruido ensordecedor como una avioneta despegando o un tren en tu oído, algo así”, relató emocionada.

“Quedaron atrapados con el derrumbe un bebé de cinco meses junto a su madre y un anciano que tuvo un infarto cerebral hace unos meses, los gritos de auxilio de todos estremecían”. Luego del paso del tornado los vecinos llamaron rápidamente a los bomberos y la brigada de rescate y salvamento.

Los balcones del edificio multifamiliar se derrumbaron completamente. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

Los residentes del edificio 16 de Calle 2da entre Vía Blanca y Rotaria reconocen el esfuerzo de todas las autoridades y agradecen la presencia en la zona del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Están vendiendo huevos, cajitas de comida, refrescos, agua, todo a precio módico y se agradece, pero la cola es tremenda.

La venta de alimentos en establecimientos estatales a módico precio para los damnificados aglomera numerosas a personas, en ocasiones sin ser vecinos de la zona. Foto: Heidy Maurell Lara/Cubadebate.

-¿Según su criterio, cuál es la causa si hay estanquillos en varias zonas?

"Están llegando personas de todos lados, a veces no son los damnificados con el tornado los que hacen la cola. Los que de verdad lo necesitan están ocupados recogiendo escombros, poniendo al sol sus colchones.

“Hoy vamos a hacer una gran caldosa en la zona y así alumbramos la oscuridad y comemos colaborando todos con algo que tengamos”, concluyó con una pizca de esperanza y brillo en los ojos Virgen Beatriz.