Bailando (y danzando) desde la esencia cubana

Antes de que alguien escriba un comentario en contra de incorporar a La colmenita a Bailando en Cuba, les digo no sigan leyendo: aquí ese hecho no va a recibir ninguna crítica, sólo mi aplauso, porque fue un programa con niños para que los adultos disfrutáramos de canciones y ritmos que no les hemos trasmitido, como debe ser, a los menores. Ese es un mérito, el otro que una vez más este programa demostró cómo incorporarse a una jornada de homenaje sin decir lo trillado: en su esencia estaba el reconocimiento al nacimiento de la UJC y de la Organización de pioneros.

Escrito esto vamos a bailar o danzar, aunque hace un tiempo leí algo de que el programa tenía tantas coreografías que era de danza, no de baile cubano.  Nada, yo no soy especialista en danza pero se buscar en INTERNET, en la Real Academia de la lengua se definen ambas palabras:

Danzar

Del fr. ant. dancier, quizá de or. germ.

  1. intr. Dicho de una persona: bailar (‖ ejecutar movimientos acompasados). U. t. c. tr. Danzar un vals.
  2. intr. Dicho de una cosa: Moverse con aceleración, bullendo y saltando.
  3. intr. coloq. Mezclarse o introducirse en un negocio. U. más para zaherir a quien interviene en lo que no le toca.

Bailar

  1. intr. Ejecutar movimientos acompasados con el cuerpo, brazos y pies. U. t. c. tr. Bailar una polca.
  2. intr. Dicho de una cosa: Moverse sin salir de un espacio determinado. Le baila un diente.El vaso baila en la vitrina.
  3. intr. Dicho de una cosa: Girar rápidamente en torno de su eje manteniéndose en equilibrio sobre un extremo de él, como hacen la peonza, la perinola, etc. U. t. c. tr.
  4. intr. Retozar de gozo.

Ahhh ¿Qué se montan coreografías? Sí, como en  todos los show de este tipo que se hacen en el mundo. Y no se trata de imitación, sino de utilizar una forma para incorporar nuestro contenido. El que no entienda que en Cuba hoy circulan puestas televisivas de todos los confines ya sea por el socorrido Paquete, o por INTERNET, y que tenemos que competir con ellas, no comprende la particularidad de programas como Bailando… que juega (NO IMITA) con  el empaque de esos productos. No imita porque, por ejemplo, en el programa con las abejitas de la colmena, se bailó con la música de Enriqueta Almanza, Teresita Fernandez… que tienen una obra cubana en su totalidad.

Volví a asombrarme con la belleza de la escenografía, las luces, todo el conjunto que logran Manolito Ortega y su equipo (Wendy Ferrer, Diana González, Elisandra Reigosa,  Jorge Wilson, Lil Romero, Bladimir Barberán,  Ernesto Reyes,   Carmen Souto,  Grupo diseño y comunicación GEDCOM,   Ijorky Morales, María Elena García,  Joanna Vidal, Ana Iris González, Maykel Martínez,  Maurico Blanco,  Iyolexis (PESCAO PRODUCTION) REMACHESTUDIO, Yanelis Pérez  y Maykel Pardini) porque sólo un trabajo de conjunto, con un  guion (Lil) que investiga hasta la saciedad hasta  que cada luz se mueva al lugar justo, se puede lograr un espectáculo como el de Bailando en Cuba (dos).

Dejé fuera de esta lista al Director artístico y coreográfico  Roclan González porque él ha sido el encargado de dar “un paseo” por bailes cubanos reyoyos, con diferentes ascendencias: tajona, zapateo camagüeyano, kiriba nengon, son, conga santiaguera y sucusucu, entre otras modalidades danzarías que fueros bailadas por quienes lo hacen habitualmente, desde la Conga de los Hoyos en Santiago de Cuba hasta el sucu sucu en La Isla de la juventud. ¡Si eso no es rescate de los valores notables de la cubanía, que venga Dios y lo vea!. Roclan no es un conductor, tiene problemas de dicción, no articula a la perfección pero eso le sale bien, porque de bailes él sabe y puede transmitirlo como pocos, porque es, además, carismático.

Como en  la anterior temporada no han faltado clases magistrales o entrevistas a figuras consagradas como Ana Nora Calaza, y las visitas a centros asistenciales, de docencia, donde los bailarines llevan su alegría a niños, niñas enfermos o a otros diferentes, como los dwon.

El casting entre los concursantes se realizó entre jóvenes provenientes de La Habana, Artemisa, Matanzas, Ciego de Ávila, Camagüey, Cienfuegos, Santiago de Cuba y Guantánamo. Si a ello se le añade que esta vez han estado en el Teatro Astral o con filmaciones incorporadas, grupos de diversos géneros y provincias, es justo señalar otro logro: esta propuesta ha sido menos capitalina.

Lizt Alfonso,  Susana Pous, y Santiago Alfonso, se encargan de elegir (con Lourdes Ulacia de bate emergente en dos programas sustituyendo a la cubana-española) en cada competencia y con habilidad, ellos más la dirección del programa, han incorporado la improvisación para que las parejas bailen a su aire, y demuestren las habilidades. Así se complace a los nostálgicos de Para bailar, un programa bueno y popular en su momento, pero que visualmente hoy sería viejo.

Dejo para último la conducción. No sé quien viste a Camila Arteche. No necesita de artificios, es joven y bonita, en el último programa se veía muy bien, en otros esos moños tipo María Antonieta no le quedan bien. Por suerte le quitaron el bigote a Marlon Pijuán, se ve mejor. La otra pata del trío es Carlos Solar. Han estado mejor, en general, que en la primera temporada, pero que aprendan de “los chamas” de La colmenita, donde lo cómico es natural, la risa queda bien y las frases son graciosas por ellas mismas.

Ah, no entiendo esa cantidad de competidores  a la semifinal. Me parece que esta vez el jurado no quiso buscarse problemas. Volveré cuando se sepa cuál (o cuales, cualquier cosa puede pasar) es la pareja triunfadora.

(Con información de Portal de la Televisión Cubana)