¿Fiar a acopio?, el otro problema de la comercialización agrícola en Cuba

Foto tomada de Cabaniguán.

Si el estado no fía ¿por qué el campesino tiene que hacerlo? Tal vez esta interrogante no tenga sentido para el ciudadano común que no trabaja la tierra, o para el jefe que no entiende de vivencias y necesidades de los hombres de surco, pero sí refleja la realidad de unos cuantos guajiros que llevan casi tres meses sin percibir pago alguno por sus cosechas.

Cosechas que entregaron de manera disciplinada y que por deficiencias administrativas en el sistema de Acopio hoy ven reflejadas en sus bolsillos después de costosas inversiones. Y sí, todo se trata de inversiones, porque para producir alimentos hay que invertir mucho dinero en insumos y recursos que casi nunca aparecen a buenos precios por la vía estatal y hay que irse a la bolsa negra a pagar dos o tres veces su valor real.

Solamente a los cooperativistas de la CCS Rafael Trejo se les debe más de cien mil pesos, vaya usted a saber la cifra que saldría a luz escarbando en las cuentas por cobrar del resto de las formas productivas de Jobabo, un monto nada despreciable y que socaba de alguna manera ese incentivo que tanto se quiere lograr en un sector campesino que de una u otra forma produce y aporta más de las tres cuartas partes que las unidades agropecuarias estatales.

Si hoy persisten problemas serios en la comercialización, y es el desvío de las producciones el principal tema de análisis en el círculo cerrado de los que mandan y coordinan, es precisamente por causa de los impagos, porque ¿Con que moral va ir a decirle al hombre que le siga entregando si el plátano de hace dos meses todavía no se lo ha pago? Con la ley en la mano, sí, claro, pero sí de leyes se trata hay que ver ambas partes.

Bastaría preguntar si a ese productor o productora algún bodeguero le fía los alimentos, o el propio sistema de la agricultura le deja comprar insumos para pagar dentro de seis meses, o simplemente, la cooperativa puede decirle al fisco que no puede liquidar impuestos hasta final de año por tener las cuentas vacías.

No estamos en presencia de un problema nuevo ni nada por el estilo… recuerdo que a mediados de diciembre a un grupo de productores de la CCS Melanio Ortiz le debían el plátano que habían entregado a Acopio al otro día de pasar el Huracán Irma por el territorio… ¿Será un problema de liquidez de Acopio, una entidad que a esta altura debía ser lo suficientemente rentable, o es una cuestión de mecanismos? Qué les pregunten entonces a los cuentapropistas que se dedican a la reventa de productos del agro como hacen para no endeudarse con los campesinos y hacer próspero su negocio…

Si a todo este lio de los impagos se suma la cantidad de veces que los guajiros han perdido sus cosechas, o se les ha pasado de tiempo en los puntos de recogida por las ineficiencias de Acopio, habría que entrar a analizar más cuestiones, sobre todo la capacidad de respuesta de una entidad que, si bien carece de transporte y arrastra cientos de incongruencias y trabas comerciales, está diseñada para ganar tanto o más que el propio productor. Que es un problema de jefes, también lo es y lo será, pues porque ellos son los que deben gestionar, destrabar, chequear, coordinar y velar por llevar a la venta lo que se produzca, y sobre todo pagarlo en tiempo y forma.

El lio de los impagos depende de aquí y de la provincia, un problema del que se discute mucho en casi todos los espacios, pero se repite y se repite cada año, y no le buscan una solución definitiva. Entonces ¿Culpar al guajiro que produce, eso es más sencillo que buscar alternativas? Fiando a Acopio no se va a resolver el desvío de las producciones agrícolas en Jobabo.

(Tomado de Cabaniguán)