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Cuba-Estados Unidos: ¿comienzo de un deshielo?

Parece haber comenzado un cierto ambiente de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Espero que sea cierto. Experiencias hay suficientes para saber que es necesario hacer para que los potenciales avances a obtener no se malogren.

Fue durante la administración de James Carter cuando más se avanzó en el proceso de acercamiento entre ambos países hacia una normalización de las relaciones o de cierta “convivencia normal”.

Retomando esas experiencias habría que considerar cuales fueron los asuntos que definitivamente impidieron que ambos países “normalizaran” sus relaciones.
Creo que entre otros, los más importantes asuntos que finalmente produjeron el desencuentro fueron los siguientes:

Por supuesto, las condiciones tanto internas como externas en que la administración Carter negoció con Cuba en los años 1977-80, eran bastante complejas y difíciles para la administración:

Sin embargo, hoy la situación es muy diferente. No están presentes la problemática africana, el activismo revolucionario de Cuba, ni las relaciones con la URSS.

Además, el ambiente político es otro. Los múltiples contactos desplegados entre ambas sociedades en estos años, entre ellos: el intercambio científico-académico, religioso, político, las visitas a Cuba de múltiples sectores estadounidenses, incluido oficiales y congresistas; el debilitamiento de la extrema derecha; el intercambio “pueblo a pueblo”, pero sobre todo, la extraordinaria circulación de información sobre la realidad en ambos países, han creado, por si mismos, un involuntario proceso de aproximaciones sucesivas, con el cual se cuenta para un nivel de conocimiento de Cuba en los Estados Unidos y viceversa, que impide tratar de manera ciega los asuntos políticos entre ambos países.

Se trata de todo un largo periodo histórico de mas de 50 años, en que se quiera o no, ambos países han venido aproximándose, más allá de los intentos de mantener a Cuba bajo una política de bloqueo transnacional y aislamiento. Lo que ha provocado la erosión paulatina de la política de bloqueo norteamericana que ya, para muchos, se manifiesta como fracasada en sus intentos de subvertir a Cuba.

Como cuestión fundamental, además la supervivencia de Cuba, todos acontecimientos que de conjunto, han permitido que hayan variado las coordenadas dentro de las cuales se valoraba antes la política hacia Cuba.

Hoy, la política de bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, a nivel internacional está desprestigiada y en la realidad interna norteamericana no cuenta con mucho de los adeptos que antes tuvo. Razón por la cual, no pocos la ven como una política que al menos debe ser cambiada. Siendo ese el ambiente político dominante dentro de la realidad internacional e interna norteamericana, en que la administración Obama se ve obligada a funcionar hoy. Pues como ventaja para Obama, muy pocos defienden la actual política hacia Cuba y son muchos los que quisieran que cambiara.

Como resultado de esos cambios, la administración de Obama enfrenta situaciones que son totalmente inéditas en relación con la política hacia Cuba. Nunca se habían acumulado tantas señales que indicaran la necesidad y un consenso para cambiar la política, ni tampoco la intención de cambiarla había tenido nunca tantos defensores, aun entre aquellos que hasta no hace mucho la defendían.

Por lo cual, Obama no debiera temer pagar costos por una política que ya tantos consideran inaceptable en términos de los que muchos entienden hoy son los intereses de Estados Unidos con Cuba.

Además, se vienen produciendo una serie de fenómenos que refuerzan los aspectos anteriormente planteados:

Razones por las cuales, ha comenzado, hace algunos años ya, un proceso dentro del cual Estados Unidos va crecientemente pagando los costos de no cambiar su política hacia Cuba. Entre esos costos podemos mencionar los siguientes:

Son muchas las razones que obligan a Estados Unidos hoy a seguir una política diferente hacia Cuba, que le permita asumir las ventajas que podría traerle una nueva relación.

Al parecer, por algunas declaraciones de su Secretario de Estado y de las recientes realizadas por la Embajadora ante Naciones Unidas, la administración Obama ha adoptado un cierto lenguaje de acercamiento que podría, además de la actitud colaborativa en la lucha contra del Ébola, traer otros elementos adjuntos que permitiesen ampliar el marco del acercamiento.

Aspiramos a que se trate de una intención seria de la administración, como se dice, por “romper el hielo” y que a esa colaboración médica declarada que se inicia con Cuba, le sigan otros acercamientos. Lo cual, estoy seguro, puede ser muy beneficioso para ambos países.

Cuba, por su parte, ha dado muestras más que suficientes de estar dispuesta a sentarse en la mesa de negociaciones con Estados Unidos. Bastaría para Cuba con que se tratase de un acto en igualdad de condiciones.

Ninguno de los dos irían a ciegas por el camino del acercamiento. Hay una experiencia acumulada que debe ser aprovechada, recogida con toda intención que sirva a ambos en el diseño de una ruta crítica para conducirse en la situación actual.

2 de noviembre del 2014.