Un estudio de matemáticos de la Universitat Politècnica de València (UPV) augura que de aquí a 2020 cerca de 400.000 niños y jóvenes, de entre 12 y 18 años, podrían convertirse en nuevas víctimas de acoso escolar en España, alrededor de 50.000 cada semestre. (Fuente agencia EFE)
Guillermo TellSi tal pronóstico espanta a los autores de un estudio limitado solo a España, sin mucho esfuerzo puede deducirse el alcance global que va alcanzado el fenómeno cuando en otros países como Francia se detectan 700 mil casos de acoso escolar al año, con el fácil y descontrolado acceso infantil a las ambivalentes nuevas tecnologías.
El director de dicha entidad, Lucas Jódar, ha señalado que el acoso escolar, igual que la violencia machista, es un "problema oculto", ya que se producen más casos que los que se hacen públicos y considera que "es un problema gravísimo y en los colegios de España no se hace nada, los profesores no se comprometen y los directores ocultan los casos para que no hablen mal del centro".
Tal vez haya quienes lo contemplen como un escenario lejano, del otro lado del Atlántico, pero ya las exponenciales nuevas tecnologías tocan a las puertas de nuestra región, y lo que ocurre allá ha de alertarnos para que no se imite acá, en el mejor interés de la población escolar.