Un consenso de cosas religiosas alrededor mío

Entrevista con el santero Remberto

Rosa María de Lahaye Guerra y Rubén Zardoya Loureda: ¿Cómo se produce su entrada en la santería?

Remberto: Mi familia era eminentemente católica; nunca se manifestó en ella este tipo de religión. Mi padre quizá iba un poquito más allá y admitía algunas cosas, sobre todo en la parte espiritual, no en la parte de la santería. Pero mi madre se casó por la iglesia; a mí me bautizaron, me confirmaron, hice primera comunión, en fin, todos mis pasos previos fueron directamente dirigidos hacia el catolicismo. Mi madre era muy devota, por ejemplo, de Santa Rita de Acacia. Mi abuelo, por el estilo. No era católicos prácticos; no eran de confesar, de comulgar, de guardar ayuno, de..., no; pero sí de asistir de vez en cuando a la misa, ¡de vez en cuando! Pero a mi casa siempre se llevaron imágenes, el Sagrado Corazón de Jesús, el Cristo de Limpias, la Caridad del Cobre; se encendías sus velas, se les ponían sus flores. Nunca hacían celebraciones ni esas cosas.

RMLG y RZL: ¿Sus padres tenían prejuicios con la santería?

R: Mi madre tenía prejuicios.

RMLG y RZL: ¿Su papá no?

R: Mi padre no, aunque él no entró de lleno en eso, no hizo gala de eso; pero aceptaba la religión como existente, y la respetaba.

RMLG y RZL: ¿Él se consultó alguna vez?

R: Bueno, que yo recuerde, en el plano espiritual, él visitaba una casa en La Víbora a la que me llevaba a mí de chiquito, donde había una señora que era médium, que se llamaba Leocadia, donde bajaba un ser que se llamaba José. Ante situaciones difíciles, duras, él iba allí. En ese sentido yo nunca tuve problemas con mi padre.

RMLG y RZL: ¿Algún otro familiar jugó un papel importante en su vida religiosa?

R: Mi abuela materna, por ejemplo, me quiso mucho y yo la quise mucho a ella. Era religiosa, pero no tenía una buena educación, no tenía nivel cultural. Ella tenía mucha fe en San Lázaro y en la Caridad del Cobre. Tuve un tía, hermana de mi padre, pedagoga (estudió Filosofía y Letras), que fue directora e inspectora provincial de Educación; ella me ayudó mucho. No desde el punto de vista de la religión yoruba, pero sí en los marcos de la parte católica. Era muy devota de la Caridad del Cobre, que yo la tengo aquí. Menos significativa fue la influencia de mi abuelo paterno, quien fue venerable maestro de la Logia de Regla, fundador de esa logia. La masonería es tan secreta, tan hermética, que no tuve oportunidad de conocerla. Cuando mi abuelo muere, yo tendría no más de diez o doce años. Él era de un carácter férreo, muy callado, y como buen pichón de gallego, un poquito despótico. Por mí, que era su primer nieto, sentía adoración. Él hubiera querido que mi padre se hiciera masón, pero él nunca mostró interés por eso, aunque tenía muchos amigos masones, y uno de ellos llegó a ser venerable maestro de la Logia después de mi abuelo, durante muchos años.

RMLG y RZL: ¿Usted nunca se sintió tentado de entrar a la masonería?

R: No. La respeto, pero nunca me llamó la atención

RMLG y RZL: ¿Algo interesante sobre sus primos?

R: No, los primos míos eran personas que no tenían esa preparación.

RMLG y RZL: ¿Ninguno se hizo santero?

R: No. En general, en mi familia nadie, nadie, nadie se hizo santero.

RMLG y RZL: ¿Qué pensaron estos familiares cuando Usted decidió...?

R: Que era una locura mía, que había sido yo manipulado por otra gente, que me habían embullado...

RMLG y RZL: ¿Usted discutía con ellos?

R: Yo nunca tuve por costumbre discutir nada, porque siempre fui de la opinión de que lo que yo tenía que hacer o quería hacer, yo no tenía que discutirlo con nadie. Eso sí, no molestaba a nadie; lo hacía con mis propios recursos y ya.

RMLG y RZL: Sin embargo, algunos de ellos se le habrán acercado y...

R: Sí, sí, sí, ¡cómo no! Sin embargo, en la actualidad vienen a consultarse conmigo aquí. ¡Mira qué cosas más grandes tiene la vida!

RMLG y RZL: Se puede decir entonces que la religión siempre jugó un papel en su vida. Usted se insertó en el mundo y en el mundo había ya un...

R: ¡Ajá!, un consenso de cosas religiosas alrededor mío. Yo no fui directamente en la santería, pero sí a la religión en general.

RMLG y RZL: Sin embargo, la religión no ocupaba un lugar muy importante en su casa...

R: No.

RMLG y RZL: Era algo más bien colateral.

R: Ajá, por tradición.

RMLG y RZL: ¿Y cómo Usted se movía en aquel ambiente?

R: Mi adoración siempre se dirigía hacia una santa dentro de la religión católica que ejercía un gran atractivo sobre mí: Santa Bárbara. No sé si sería por el color de su vestimenta, por los atributos de la espada en la mano y la copa. Después supe que en el sincretismo le llamaban Changó, y me fui arrimando a ella en esa doble condición; y eso hizo un mundo distinto, aparte. Me escapaba de la casa, de muchacho, adonde había varios santeros, y los oía hablar, actuar, practicar la religión. Me gustaban las leyendas que oía, los patakíes que contaba esa gente, que era gente vieja. Me gustaban los cantos, la manera en que aquellos santos bajaban, cómo se adornaban, qué se ponían. Yo entendía muy poco, pero todo me resultaba interesante.

RMLG y RZL: Con anterioridad, ¿no había recibido otras influencias?

R: Sí, iba a otros lugares y veía lo tradicional, el ABC de esta religión, los Elegguá, ¿no? Veía en alguna casa que había un Elegguá detrás de la puerta. Otras veces, cuando iba con amigos míos, decíamos: "Oye, vamos a coger unos caramelos que tiene Elegguá aquí", y cogíamos caramelos y comíamos caramelos. Y así, esa serie de cosas.

RMLG y RZL: Sus primeros contactos con la santería fueron precisamente en esa etapa.

R: En esa etapa. A mí la santería siempre me llamó la atención. Si veía a una persona con collares de santo, me llamaba la atención; y los lugares donde había cosas de santería me llamaban la atención. Esa cosa misteriosa, esa cosa mística siempre me ilusionó.