Esencias

Una nota informativa del MINTUR el pasado viernes afirmaba que el rapero estadounidense que se alojaba en una instalación hotelera de La Habana no era el responsable del bochornoso espectáculo que se había generado en el Paseo del Prado el día anterior.

En un comentario que escribí unas horas después del incidente apuntaba que "se dice..." que el personaje había lanzado dólares a los cientos reunidos por aquella céntrica aavenida enga sólo desde allende nuestras fronteras. Está aquí adentro de nuestro país, en algunos espacios culturales y recreativos (recordar el Huelga), en espacios privados, en actividades públicas (como en Guantánamo recientemente).

Como señalaba en un ensayo Abel Prieto: "En Cuba estamos actualmente más contaminados que en otros momentos de nuestra historia revolucionaria por los símbolos y fetiches de la “globocolonización”. Debemos combatir la tendencia a subestimar estos procesos y trabajar en dos direcciones fundamentales: promover intencionalmente opciones culturales genuinas y fomentar una visión crítica en torno a los productos de la industria hegemónica del entretenimiento".

También nos alertaba en uno de sus últimos escritos el recién fallecido colega y reconocido crítico de arte Rolando Pérez Betancourt: "La banalización es la estrella de ese show presente en los medios y en los productos procedentes de la gran industria del entretenimiento, interesada ella tanto en amasar dinero como en domesticar el pensamiento crítico ante lo que ofrece. Lo superfluo se extiende como una plaga y la bacteria ideológica que lo acompaña cumple perfectamente su cometido de que la gente piense cada vez menos y acepte como natural la representación «ligera» de hechos trascendentes, o relacionados con la vida pública o privada de aquellos a los que la fama ha convertido en personajes.

"Y de esa trivialidad, superfluidad, banalidad, surge una mercadería de moda acuñada por la reiteración publicitaria de una falsa cultura empecinada en hacer del consumo frívolo la máxima felicidad individual."

Lo otro triste es que algunos crean sinceramente, como alguien me escribió, que la presencia de este "artista" -(con todo derecho puede disfrutar de nuestros parajes), es buena para la promoción del turismo hacia nuestro país, porque tiene millones de seguidores en sus redes sociales.

Discrepo radicalmente de esa visión. No creo positiva influencia esa promoción. No empatan para nada los valores de esa persona con los que sustentan a Cuba y al turismo cubano. No creo que arrastre con su "pegada" en las redes digitales al turismo que este país desea.

Qué vengan muchos, sí, es una necesidad, ¿pero bajo ese manto?

Qué sigan viniendo famosos, sí, y ojalá mejores, como algunos que vinieron antaño, o incluso hace poco.

No hizo falta esa visita para que The New York Times catalogara a Cuba entre los destinos recomendados a visitar en 2023, entre otras cosas por la generosidad de su pueblo y su música, ni para que TripAdvisor nos clasificara como el primer Destino de Tendencia o de moda para este año en el mundo.

La Revolución Cubana se gestó y ha sido un hecho eminentemente cultural, liberador, forjadora de valores diferentes en la mayor parte del pueblo. Es lo que nos distingue en el mundo junto a nuestras bellezas naturales. Es el mayor tesoro a preservar y defender, aun en momentos tan difíciles.

Como dije en mi anterior comentario "Nuestra articulación descolonizadora necesita de todas las fuerzas y de todos los momentos. La batalla es dura".