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Sobre la no convocatoria de Marcel Hernández

Marcel Hernández, futbolista cubano que juega en la liga de Costa Rica.

La historia es la siguiente: un amigo estudiante de Periodismo comparte en su perfil de Facebook una nota firmada por un medio costarricense sobre la posible convocatoria de Marcel Hernández para los partidos contra Granada y República Dominicana, clasificatorios para la Liga de las Naciones de Concacaf. Le escribo a Marcel el martes 18 de septiembre. Me dice que, por temas de contrato, me comunique con su representante para hablar acerca de ese tema. Hablo con el agente. Me confirma el contacto del abogado de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) con el jugador. Me paso la tarde llamando a los teléfonos de la AFC. No responde nadie. Consigo, por otra vía, el número de un funcionario. Me pide que lo vuelva a llamar. Horas más tarde, no responde. Publico la información en Cubadebate el pasado miércoles 19 de septiembre a las 8:00 de la mañana. Por mediación de otra persona, cerca del mediodía del miércoles “resuelvo” el número de Luis Hernández, presidente de la Federación Cubana de Fútbol. Le pregunto si hubo una conversación con el delantero. No está al tanto. Me dice: “Marcel es jugador nuestro”. Fin de la llamada. Consigo el número del jurídico de la AFC. No responde al móvil.

El 22 de septiembre aparece una nota oficial de la AFC en Jit. “Nuestra entidad desea aclarar que no se ha sostenido contacto alguno con el atleta para estos fines [se refieren a la convocatoria de Marcel]”. Hasta ahí, entendemos que Marcel no jugará, al menos durante los próximos tiempos, por la selección nacional y, si se lee la nota de Cubadebate, entendemos también que debe existir una cadena de mentiras que se extiende hasta la prensa costarricense. La información de la AFC, casualmente, aparece un sábado. Aparece tres días después de que este periodista publique la noticia. Tres días para dos párrafos. Tres días para un párrafo. Tres días para decir, sencillamente, que “esa decisión sigue estando en manos del colectivo técnico del equipo, siempre y cuando la reincorporación de los futbolistas con ese estatus siga lo establecido con la estrategia de contratación de atletas en el exterior, aprobada desde hace varios años en el país”.

Nada de esto importa, el equipo debutó con goleada histórica. La efervescencia, se supone, debería durarnos toda la vida, como muchas cosas que, se suponen, deberían durarnos para siempre. El fútbol en Cuba, dolorosamente, vive de demasiados catecismos que perduran, como vive, por ejemplo, el béisbol. Cada estructura fallida es el antecedente de un fracaso predecible. Es a partir de esa “predecibilidad” desde donde comienza a romperse todo. El futbolista decide marcharse por disímiles razones y no viene al caso ejemplificarlas ahora mismo. El punto está en que el futbolista decide regresar pese a la ruptura previa y eso, al parecer, para algunos es lo menos considerable. Es más fácil sospechar y quedarse inmóvil, llamémosle estupefacto. Es más fácil retractarse o, en dos párrafos, recrear la historia reciente del fútbol nacional: negar todo lo posible para seguir negando en posteriores sucesos; para que negar sea una práctica apasionada si se quiere; para que la acción de negar o rechazar no se escape del espectro de las notas oficiales, tan acomplejadas siempre.

Lo menos importante en esta historia es que dos párrafos busquen, diplomáticamente o no, desacreditarme a mí o a Cubadebate. Lo menos importante, digámoslo así, es el nombre de uno. A fin de cuentas, uno será siempre un tipo efímero. Algunos nombres lo son más que otros. Hay nombres que, sin explicación, permanecen demasiado. Debe tener que ver con la idiosincrasia nacional de buscar que ciertos elementos permanezcan para permitir que continúe un presunto bien mayor. O no. Probablemente yo, como casi siempre, esté equivocado y hablando mal, pero hay factores que, inconscientemente y a veces errando, asociamos con ciertos nombres propios o entidades sin renovación. Lo más importante y molesto es la manera en que se rechaza, al menos por el momento, la participación de gente que, por donde quiera que se valore, aportaría, al menos, el deseo del regreso, que es, quizás, uno de los deseos más auténticos que existe.

Si hay algo cierto en todo esto, será que el fútbol cubano, por ahora, seguirá teniendo un calendario doloroso, una atención institucional escasa (recuerdo hace pocos años, cuando se daban a conocer en enero las actividades del INDER en los siguientes doce meses, que el Cubaila aparecía entre las principales y el nacional de fútbol entre las colaterales), unos terrenos ... y muchos jugadores que, pese a ello, se divierten como hace años se divertían otros. Debe ser la mía una reacción repugnante, digna de enterrar, pero también celebraré cuando llegue el primer aniversario cerrado de la goleada ante Islas Turcas y Caicos, y el segundo…

Trabajo publicado en Cubadebate

Marcel Hernández se convertiría en el primer futbolista no contratado bajo política del INDER en jugar por Cuba (+ Fotos y Video)

Nota oficial de la Asociación de Fútbol de Cuba

Asociación de Fútbol de Cuba informa que no ha tratado con Marcel Hernández convocatoria a equipo nacional (+ Nota de Cubadebate)