Un mea culpa con Ron Perlman

El actor estadounidense Ron Perlman durante el Festival de Cine de La Habana. Foto: Habana Film Festival/ Facebook.

En tres oportunidades la eficiente productora Adriana Moya me puso delante y me presentó a Ron Perlman durante el pasado festival de cine de La Habana, cuando vino a la premiere del filme Sergio & Serguéi, de Ernesto Daranas, donde trabaja y también participa de la producción.

Tuve tres ocasiones de pedirle una entrevista y perdí, no una sino TRES oportunidades de conversar con un reconocido actor de Hollywood y mucho más. Quizás es que yo estaba más pendiente de ver la película suspendida por problemas técnicos tres veces en el Cine Charles Chaplin.

Pero desde hace tres o cuatro días tengo una frase en mi cabeza: “No sabemos hacer trabajo ideológico”, me la dijo Iroel Sánchez, un hombre de un solo lenguaje (por eso lo respeto) que a veces se va al extremo, es cierto, mas un tipo que de haber escuchado a Ron no se le iba de las manos. A mi, se me fue.

Nacido Washington Heights, Manhattan, en el seno de una familia judía, Ron tomó clases de interpretación en el City College de Nueva York y en la Universidad de Minnesota.

Tuvo acogida en el teatro pero a la televisión llegó en el año 1979, con la serie Ryan’s Hope y al cine entró con En busca del fuego (1981).

Entre otras cintas ha actuado en El nombre de la rosa (1986), de Jean-Jacques Annaud, Guerreros del espacio (1984), de Stewart Raffill , En busca del fuego (1981), de Jean-Jacques Annaud, Cronos (1993), y Hellboy (2004), ambas de Guillermo del Toro y Sergio & Serguéi, de Daranas .

Ha trabajado en las series La bella y la bestia: (1987 a 1990), Batman, the animated series (1992 a 1993), y Hand of God (2014-2017) que se une a su participación en diversos videos juegos.

Ahora ¿por qué mi mea culpa con Ron?. No fue en Cuba donde hizo estas declaraciones, sino en el festival de Málaga, para un órgano de prensa que cubría el festival de esa ciudad española:

Sobre Trump: “Me preocupa mucho. Le gente se ha asustado, ha desatado sus miedos y ha buscado lo que cree que le arropa. Pero no se han dado cuenta de que es la elección más peligrosa que podrían haber hecho. Porque si amas la democracia, la libertad y los derechos humanos, y a tu compañero más allá de ideología, piel o religión, entonces tienes que estar en contra de esta gente. Son salvajes. Monstruos”.

Dice que rodar en Cuba ha sido una revelación. “Como un sueño. Muchos cubanos están entre mi gente preferida del planeta. No llevan reloj de pulsera y no tienen sentido del tiempo o espacio. Solo tienen corazón. Mi país, de acuerdo con lo que es conveniente, ayuda a mantenerles hambrientos y miserables, pero uno ve un pueblo alegre, orgulloso, brillante y bien educado”.

Define en cine independiente como su religión. ¿Son buenos tiempos para su credo? “No, solo quedamos uno pocos. La economía ahora no es propicia, lo cual es una razón más grande pera perseverar. Porque es una realidad temporal que palidece en comparación con la naturaleza del cine como forma de arte. Nunca podrá morir. Estoy en una posición para solo hacer lo que amo. No me importa el dinero. Los grandes estudios han abdicado en su deseo de honrar el cine como forma de arte”.

¿Y no están las plataformas sustituyendo a los estudios? “Momentáneamente. Netflix y Amazon han encontrado un agujero y reconocimiento. Pero pronto solo querrán hacer películas grandes y comunes. La televisión es ahora el único lugar para hacer cosas series y originales y ser pagado. Lo puedes hacer en cine, pero no te van a pagar”, lamenta.

Para honrar al cine (y a Cuba) afirma que producirá y protagonizará una cinta sobre Hemingway en Cuba. “Ya tengo el pelo blanco y puedo engordar”, dice entre risas. “Será una película cubana, no una película americana explotando trabajadores cubanos”.

En fin Daranas, Adriana… si me dejan fuera en una próxima visita de Ron… les prepararé (con ayuda) un maleficio. Es que hasta las personas más interesadas en potenciar nuestra cultura, lo cubano, a veces no somos capaces de aprovechar el decir de actores, deportistas, del mundo que enamorados de Cuba hablan bien de nosotros sin que compartan todo nuestros puntos de vista sobre la sociedad. ¿Es tan difícil entender que hoy el mundo está tan interconectado que vale grabar un diálogo con Ron para enviarlo por celular, por ejemplo? Y sueño ¿no se puede hacer un video juego con él?. Pero lo elemental ¿No se le puede poner una cámara, un micrófono y que diga para nuestro país, en nuestro país, los criterios que tiene acerca de la mayor de las Antillas, de Trump, de Hollywood?. Na´perdimos oportunidades: los periodistas, los ejecutivos, los realizadores…ojalá que no vuelva a suceder.

(Tomado de Portal de la TV Cubana)