Panamá fue un fiasco

La selección cubana de béisbol, categoría Sub-23, llegó al Panamericano de Panamá con la bolsa llena de sueños, pero regresarán a casa sin botín, eliminados de la carrera mundialista sin una sola victoria ante los equipos más fuertes de la lid.

Luego de perder contra República Dominicana el jueves en la noche y ver esfumarse todas sus opciones de clasificación al certamen global del próximo año, este viernes los pupilos de Ariel Pestano tampoco pudieron hacer la cruz y cerraron su actuación en la Súper Ronda con otro descalabro, ahora ante los mexicanos.

Pizarra de 6-3 en cinco capítulos fue el saldo final del encuentro, que no pudo completarse a causa de la lluvia. Con este triunfo, los aztecas sí garantizaron un puesto en la lid del orbe, con balance de tres éxitos y par de fracasos, idéntico al de República Dominicana, que superó a Puerto Rico en el decisivo duelo del adiós.

Ya Venezuela había asegurado el boleto con cuatro triunfos sin derrotas, mientras el último cupo se definía al cierre de esta edición, justamente en el duelo entre Panamá y los morochos. En caso de ganar los itsmeños, se unirían a quisqueyanos y mexicanos como mundialistas, pero de caer igualarían con los boricuas (2-3) y eso les podría costar, pues perdieron el choque directo.

Para Cuba fue un certamen decepcionante en toda la regla. Sus victorias llegaron ante Argentina, Brasil y Colombia, rivales sin peso ni tradición, y contra los dos últimos sudaron la gota gorda, ni siquiera fueron sonrisas convincentes. La ofensiva del equipo no intimidó, impaciente, desesperada, sin argumentos ni herramientas.

Afloraron en Panamá las múltiples lagunas mencionadas durante los últimos años sin que se vislumbre una solución. Salvaría parcialmente de la quema a Yorbert Sánchez y Raico Santos, dos jugadores dinámicos, con muy buen contacto sin importar la velocidad o el repertorio de los contrarios, aunque ellos fallaron bastante en el corrido de las almohadillas.

Por otra parte, Norel González, quizás el toletero más alabado por entrenadores y directivos de la Federación y la Comisión Nacional, bateó para un alto average, pero sus turnos a la hora cero dejaron mucho que desear. Igualmente, Oscar Luis Colás, Ariel Martínez y Lionard Kindelán quedaron muy por debajo de las expectativas.

La nula producción con el madero pasó factura a los lanzadores, quienes trabajaron con muchísima presión, obligados a tirar cero tras cero. Sin embargo, realizaron salidas excelentes y dieron muestras de superación, sobre todo en el tema de su control, uno de los aspectos que más preocupaban por sus altos índices de boletos en los clásicos domésticos.

Lo más alarmante del resultado es que llega con los mejores jugadores de nuestra cantera, salvo contadas excepciones, los mismos que tendrán protagonismo en la difícil carrera clasificatoria rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

(Tomado de Granma)