Cuando el juego se va de control

Los tropelosos acontecimientos del segundo juego de la subserie Pinar del Río-Ciego de Ávila siguen dando que hablar. Pueden valer hasta una clasificación. Una mala conducción arbitral generó desconfianza en el terreno y elevó el tono de los acontecimientos. Como se ha dicho siempre, los jueces están para impartir justicia, no para decidir juegos.

Imperdonable la reacción violenta del coach pinareño contra uno de los árbitros. Innecesario el feroz deslizamiento en jon de Dennis Laza. ¿Pero no se hubiera evitado todo con una correcta conducción arbitral y un mejor trabajo de grupo?

Punto a favor de la Comisión Nacional la pronta sanción de entrenador y jugador involucrados en los feos sucesos.

Mas, varias dudas me asaltan: ¿por qué no ha sido con la misma inmediatez la medida contra el cuerpo arbitral, principales responsables del juego? ¿no se equivocaron? ¿Por qué hay tanta disparidad y subjetividad en las sanciones adoptadas en la Serie Nacional? Mirando acontecimientos de esta temporada ¿donde hay más violencia, en una bofetada a un árbitro o en un bate lanzado contra el público? ¿qué es más vergonzozo, un manager que retira a su equipo en medio de un juego o dos directores que se ofenden en la discusión de reglas? Unas y otras son reprobables. Unas y otras merecen fuertes y correlativas, no dispares, sanciones.

La justicia y la disciplina llevan equilibrio, paridad, objetividad. A todos debe exigírsele por igual. Sólo así podremos aspirar a un espectáculo respetable y respetado.

Comienzan hoy las últimas y decisivas subseries. Aguardemos por que haya autoridad y tino en el terreno; mucha entrega pero también mucha disciplina; justicia arbitral y juego limpio. ¡Qué gane el mejor!