El último barco de Sting

Para Maricuza

Gordon Matthew Summer (Sting) cantante, compositor, guitarrista, contrabajista, productor, actor y filántropo (Wallsend, Condado Tyne & Wear, 1951, Reino Unido) ha logrado convertirse, con sus 13 álbumes de estudio, 4 compilaciones, varios discos en vivo, 10 films, 16 premios Grammys (6 con The Police), un Golden Globe, una nominación al Oscar por el tema “Until” de la película “Kate & Leopold”, un libro de memorias extraordinariamente bien escrito, y más de 100 millones de fonogramas vendidos en el mundo entre sus discos en solitario y los que hizo con su antigua banda, es un Rey Midas musical y poético. Desde 1985 cuando editó su primer álbum como solista “The dream of the blue turtles” hasta los días que corren, no ha hecho otra cosa que convertir en oro cada pieza, cada canción, cada CD, cada concierto, cada película ya sea con su actuación o con sus temas en el soundtrack. El público espera cada entrega artística suya con las expectativas, y el asombro, del primer beso.

Su más reciente esfuerzo musical, después de una década sin escribir material nuevo y “para un compositor eso es mucho tiempo”, como él mismo dice en la nota introductoria del CD, ha vuelto para escribir las canciones de una obra de teatro llamada “The last Ship” (El último barco) ya estrenada en el West End Londinense y en Broadway, y ese también ha sido el nombre de su más reciente disco editado por el sello AM, de la multinacional Universal Music.

“The last ship”, producido por Rob Mathes y Sting,  y grabado y mezclado por Donal Hodgson,  es una suerte de “arte poética” sin la menor concesión al mercado; es su compromiso por montar poemas sobre melodías sin atosigar al oyente con frases incomprensibles o herméticas, tanto musicales como líricas.

Aunque debo reconocer que todos los temas me gustan, me interesan y conmueven especialmente, “Dead man’s boots” (Las botas de los hombres muertos), “August winds” (Vientos de Agosto), “Practical arrangement” (Arreglo práctico) y “The night the pugilist learned how to dance” (La noche en que el boxeador aprendió como bailar). Los aires irlandeses, escoceses, británicos en fin, que se respiran en el disco están a mil leguas de lo que llamamos comercial y va directo al corazón de los elegidos. Aquellos que necesitan del arte como condimento indispensable para el crecimiento espiritual.

Recientemente se ha editado un DVD con los conciertos benéficos que ofreció en el Public Theater de New York City que incluye varias canciones que no aparecen en el CD entre las que destacaría especialmente “What say you Meg?” que es sencillamente sublime.

Como conclusión, en otro fragmento de las palabras introductorias a “The last ship” Sting apunta:

“ Y con toda honestidad este es el único barco de mis sueños y una alegoría acerca de la importancia del trabajo, la importancia de la comunidad y lo que la subyace, como la paternidad, el exilio, la alineación, la religión, la redención, la mortalidad, la pasión, el humor y el coraje para algunas veces saber emerger de la desesperación.”

Sting, Amaury, Peti la esposa de Amaury y Trudie la esposa de Sting en la casa de Amaury y Peti en La Habana.

Sting interpreta "Dead man’s boots"