Tecnología sí, pero…

 

Steve Jobs muestra un iPad. Foto: AP (Archivo).

Steve Jobs, fundador de Apple y padre del iPad, prohibía a sus hijos el uso de las nuevas tecnologías puestas en función del entretenimiento.

La noticia acaba de causar un revuelo internacional.

Pero en verdad no toma por sorpresa a unos cuantos, porque cualquier padre que esté hablando con su hijo y lo vea prendido a las delicias de unos de esos teléfonos todo terreno (sin alzar la cabeza el muchacho para mirarlo, ni prestarle la mínima atención) sabe que algo no anda bien en el contexto de las relaciones humanas, y máxime bajo el techo familiar.

Igual si los hijos se pasan horas frente a la computadora, ocupados en la distracción, antes que en el estudio, o en cualquier otro aparatito concebido con el noble propósito de entretener... hasta el infinito.

¿Adicción?

El mencionado revuelo se provoca, fundamentalmente, porque se origina desde la cuna de los inventores y proviene de un artículo de Nick Bilton publicado en The New York Times.

El periodista cuenta cómo en una entrevista concedida por Steve Jobs en el 2010, tras dar a conocer el primer iPad, se sorprendió al oírle decir que ninguno de sus cuatro hijos lo utilizaba, y que en su casa estaba regulado el acceso a la tecnología.

Jobs moriría en el año 2011 y Bilton tuvo que recurrir al biógrafo del genial inventor para preguntarle: ¿Y qué hacían los hijos de Jobs cuando estaban en casa?

La respuesta fue concluyente: “Todas las noches, Steve se reunía a cenar con su familia en la larga mesa de la cocina, y allí conversaban sobre libros, sobre historia y muchas cosas más. Nunca nadie sacó un iPad o una computadora. Y sus hijos no parecían en lo absoluto adictos a esos dispositivos”.

El artículo fue como un reactivo para sacar a relucir que importantes hombres del mundo tecnológico prohíben, o regulan a sus hijos, el uso de lo que ellos promueven en el mercado, quizá porque dominan como nadie la gran verdad de los estudios científicos: los niños menores de diez años son los más susceptibles en convertirse en adictos a la tecnología.

Lo cual no quiere decir que los de mayor edad dejen de estar expuestos, como igualmente lo demuestran estudios relacionados con el consumo indiscriminado de los videojuegos.

He aquí una muestra de las reacciones dadas a conocer por diferentes publicaciones:

Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Media, y su esposa, Sara Williams, no esconden que, en lugar de iPads, sus dos hijos tienen cientos de librosque se pueden tomar y leer en cualquier momento”.

Chris Anderson, un importante fabricante de dispositivos tecnológicos, ha dicho que opta por la prohibición, o las restricciones, porque tanto él como su esposa han “visto de primera mano los peligros de la tecnología. Lo he visto en mí mismo —dijo Anderson— y no quiero ver que eso suceda a mis hijos

Alex Constantinopla, director ejecutivo de la Agencia OutCast, una firma tecnológica centrada en comunicación y marketing, afirma que el hijo menor, de cinco años, tiene prohibido el uso de aparatos de lunes a viernes, mientras que los otros dos, mayores, de entre 10 y 13 años, disponen solo de 30 minutos en los días de escuela.

Otros padres provenientes de ese medio no aceptan tales regulaciones, pero lo predominante es que los más preocupados tomen medidas, porque ninguno de ellos quiere que el entretenimiento desmedido que han ayudado a crear, y a difundir por el mundo, en el más millonarios de los negocios, le gane la batalla del conocimiento a sus hijos.