GIIB: El emergente subutilizado (Final)

Las caras visibles del GIIB, Alejandro (izquierda) y Camilo. Foto: Roberto Garaycoa/Cubadebate.

Cubadebate ofrece la segunda y definitiva parte de la entrevista con Camilo Quintas y Alejandro Aldama, fundadores del Grupo Independiente de Investigación del Béisbol (GIIB).

En el fragmento previo, ambos lamentaron la subestimación en Cuba de los resultados de su esfuerzo, que paradójicamente va encontrando partidarios allende los mares. Hoy comentan sobre su colaboración con Industriales, las estadísticas modernas y el peso de la sabermetría en la concepción actual del béisbol.

-Así que antes de la Serie del Caribe, Odelín era el lanzador que mejores números tenía en el indicador Estado de Forma. ¿Cómo se comportaba en ese sentido la ofensiva?

Alejandro: De eso también hablé en Tribuna Deportiva, y el evento tampoco desmintió esos cálculos. Fíjate que después de los dos peloteros en mejor Estado de Forma a esas alturas, Yasmani Tomás y Yordanis Samón, el que más bien andaba era Ramón Lunar, y el sexto de todo el país era Danel Castro. Sin embargo, Alfredo Despaigne ocupaba el lugar 57.

Foto: Roberto Garaycoa/Cubadebate.

-Pese a ello, muy pocos les prestaron atención, ¿verdad?

Camilo: Nosotros tenemos seis proyectos ya desarrollados, y varios de ellos costarían millones en el mercado. A la Federación Cubana le donamos el software Strike, como te dije, y también hemos puesto a disposición de los interesados el StatsPlay, una aplicación comercial disponible a todos los usuarios en nuestro sitio igualmente de manera gratuita. Esta utiliza una parte del motor de extracción de información de Strike, y permite visualizar estadísticas avanzadas filtradas por los más diversos contextos. Con Strike, el país cuenta con la tecnología necesaria para cuando se decidan llevar los conteos, lanzamientos, en fin, ampliar el sistema de anotación.

-Por suerte para ustedes, Industriales sí les prestó atención...

Camilo: Antes de empezar con Industriales ya habíamos hablado con varios cuerpos de dirección de equipos menos fuertes, pero por una razón u otra no se emprendió el trabajo. Entonces Vargas se enteró de esa posibilidad y nos llamó enseguida. Lo mejor de este tipo de trabajo ha sido la posibilidad de intercambiar con un equipo real en una liga real. Esa oportunidad no la tienen todos los investigadores ni tampoco todos los sabermétricos.

Alejandro: Nuestra cooperación se centró en el posicionamiento defensivo del equipo, y en la etapa clasificatoria funcionó de maravillas. En esta, en cambio, al equipo le ha hecho aguas el pitcheo. Nosotros tenemos estadísticas para determinar qué cantidad de carreras son responsabilidad neta del lanzador, y cuántas son culpa de la defensa. A Industriales le ha aumentado notablemente el por ciento de líneas que le conectan, y por ahí se han ido las victorias, toda vez que la línea tiene una probabilidad de 0,7 de ser hit.

-Porque el posicionamiento entra a jugar su papel sobre conexiones de rolling o fly, claro está...

Camilo: Cuando a un lanzador le conectan de rolling, ya hizo su trabajo y no tiene responsabilidad en si la conexión se convierte en hit o out, pues ahí entra a jugar la ubicación de la defensa. A la larga, el bateador que demuestre un determinado patrón ofensivo, será out la mayoría de las veces que conecte de rolling o de fly, si el posicionamiento defensivo se aplica correctamente. Hemos notado que muy pocos bateadores cubanos son capaces de burlar la ubicación de la defensa cualquiera que esta sea, como es el caso de Dainer Moreira.

Alejandro: Los datos lo dicen claro: en las estadísticas de lo que salva o aporta la defensa (que no es lo mismo que conocemos como porcentaje de fildeo), Industriales es el segundo mejor del campeonato, solo por detrás de Holguín. Pero cuando vamos a ver las carreras que son responsabilidad absoluta del pitcher, el equipo es séptimo con 5.23.

-En el mundo de hoy, el WAR es una estadística omnipresente. ¿Está calculado el WAR de nuestros peloteros?

Camilo: El WAR es la estadística a que más atención se otorga, porque va directo a determinar la cantidad de victorias que aporta el jugador independientemente del contexto. El GIIB ya desarrolló el WAR ofensivo de los cubanos, pero el defensivo pasa por la instalación de un sistema de cámaras que por diversas razones no se ha determinado aún cómo habilitar. En el terreno de la defensa, solamente disponemos del de los receptores.

Alejandro: Esta estadística es la primera forma numérica justa para comparar a jugadores de distintas épocas. Las métricas tradicionales no eran óptimas, y ello conducía a estadísticas engañosas, con jugadores sobrevalorados y el conocido “hueco en el mercado”, que eran los subvalorados. Ahora bien, a veces para hacer caracterizaciones más profundas de los jugadores hay que ir a otros numeritos. Entonces te encuentras sorpresas como el caso de Alexander Malleta, que incluso en períodos de baja forma ofensiva mantiene estable su capacidad de embasarse o gOBP.

-¿También modificaron ustedes la fórmula tradicional del OBP?

Camilo: Lo que pasa es que detectamos incongruencias en su planteamiento, y por eso creamos el gOBP (aquí, la “g” apunta a la letra inicial del GIIB). De lo que se trata al final de la historia es de reducir al mínimo posible la influencia de la subjetividad en la estadística.

Foto: Roberto Garaycoa/Cubadebate.

-¿Será que la ciencia deportiva acabará por anular la utilidad de los scouts?

Alejandro: El método de la observación va quedando obsoleto. En el deporte se ha llegado a una etapa de cientificidad en que se acude desde sistemas de cámaras a estudios biomecánicos. El ojo del scout nunca puede ser tan confiable como esto. Un ejemplo muy simple, pero que explica lo que queremos: el scout puede afirmar que los bateadores corpulentos conectan con más poder. Pero, ¿basado en qué? ¿Cómo lo prueba? En cambio, un investigador del béisbol puede sacar una correlación lineal basada en el peso de los jugadores, y demostrar o refutar la hipótesis. Ya no funcionan en el mundo las tesis basadas en “yo creo” o “a mí me parece”... El béisbol, y todas las ramas de la ciencia, caminan rumbo al fin del empirismo.

-Entonces, ¿la sabermetría es la verdad última en materia de pelota?

Camilo: La sabermetría ha llegado a un punto de desarrollo que trabaja con algoritmos, dejando atrás a la estadística tradicional, que proponía operaciones muy elementales. Ha sido un proceso evolutivo de las viejas formas estadísticas hasta llegar a estas. El razonamiento fundamental ahora mismo es el de medir cuánto aporta un jugador por sí solo en términos de carreras y victorias. Nosotros estamos convencidos de que la sabermetría no lo es todo, pero preguntamos: ¿Hay algo más allá de la sabermetría, que le ha dado respuestas científicas a problemas centenarios del béisbol?

EL gWAR DE LA TEMPORADA, SEGÚN EL GIIB