Fernando Alonso es el Ballet

El maestro Fernando Alonso y Grettel Morejón, primera solista del Ballet Nacional de Cuba. FOTO: Gabriel Dávalos

Fernando Alonso -padre de la Escuela Cubana de Ballet- cumplió 98 años este jueves. No fuimos muchos a celebrárselos en la pequeña salita del Memorial José Martí.

Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, recordó Aurora Bosch, la bailarina joya del ballet cubano y mundial. Fernando también escuchó con tímida sonrisa las anécdotas de su hija Laura Alonso, de las profes Ramona de Saa, y Martha Iris Fernández, y de Grettel Morejón, una de sus últimas discípulas. Varias generaciones de bailarines estaban allí, solo convocados por el compromiso sincero.

Luego el maestro dijo: "¿Saben por qué los bailarines cubanos bailan diferente? Por su pueblo." Y casi en la puerta se volteó y susurró -con su voz tierna y ya cansada -: ¡Viva Cuba! ¡Viva el pueblo cubano!

Fernando Alonso es el Ballet. El maestro tiene la admiración profunda de quienes en todo el mundo le han visto vivir. Antes de irse nos dio la mano a todos los que nos acercamos, y repartió besos a cuanta muchacha le dio una sonrisa.

Apoyado en el brazo de su otra hija Maiuly y su esposa Yolanda, regresó a casa, con la promesa de celebrar, allí mismo, el próximo año.

Mientras, los titulares de la prensa anunciaban una función de ballet dedicada a un compositor cubano, la entrega de algunos premios, y varios conciertos -no recuerdo de quiénes-. Después de leer las noticias y durante la espera para el humilde cumpleaños, volví a observar las fotos y escritos de Martí, que no pasan de moda en las paredes del Memorial.