Por Javier Ortiz
PECES (KILL THE FISH)
El género al que identifican como rock cubano es, en realidad, la música de los rockeros cubanos, quienes tocan los estilos de moda en Estados Unidos y Europa.
Ellos componen canciones que imitan al dedillo las estructuras musicales, riffs y hasta la forma de hacer los solos de guitarra de bandas extranjeras populares en la Isla.
Lo anterior no es gratuito. El público cubano más leal a este tipo música, el que abarrota con frecuencia el Maxim Rock, prefiere un estilo en específico. La presión ha creado una tendencia hacia un sonido más extremo (que las personas enemistadas con el rock identificarían como una "perreta"). Las bandas que no suenan así, pues no tienden a tener éxito y pasan desapercibidas. Además, nuestro rock nacional es como el fútbol cubano. He conocido gente que es fanática al Real Madrid y a Metallica, pero no van al Maxim ni al Pedro Marrero.
Pues había una banda llamada Kill The Fish que no se dejó llevar por la corriente y evolucionó hacia algo... menos monótono. Es difícil que el cubano promedio que permanezca atento a los Lucas, a los Premios Cubadisco y etcétera, no se haya percatado de la existencia de un grupo de rock con un nombre tan sui generis como "mata al pez", sobre todo después de que sus integrantes ganaran varios reconocimientos por su disco "Desamparados" y por el video "Cuatro Silencios".
El mérito de Kill The Fish fue llamar la atención de un público más grande del que tienen otras agrupaciones de ese género y de abrirse paso a una posición que, por lo general, no tienen las bandas rockeras cubanas. Por supuesto, nada sale de la nada. Era su imitación bastante decente de los grupos estadounidenses y británicos como Avenged Sevenfold y Bullet For My Valentine, pero con arreglos muy sofisticados y de sonido progresivo, poco comunes en las agrupaciones antes mencionadas.
VIDEO CLIP DE "CUATRO SILENCIOS":
PIEDRAS (STONER)
Esta banda mantiene la esencia de Kill The Fish en el punto más importante: son algo nuevo. El primer detalle en que Stoner supera a su predecesor es en la variedad. No es solo heavy metal, o metal core o metal algo. Hay más sonidos, más flexibilidad en la música y, lo mejor, no se abusan de las "marchas" (secuencia rítmica típica del metal, con mucha "energía" que habitualmente se colaba en el puente de la canción, pero que algunas bandas cubanas ponen en cualquier lugar del pentagrama, para congraciarse con el público).
No tiene similitud con nada de lo que se escucha en el Maxim o, al menos, lo que ha escuchado quien escribe estas líneas. Lo más curioso: las letras son en español y en un español que se entiende, no una jerigonza extraña que parece imitar el inglés. Es algo fuera de lo normal que el rock metálico cantado en castellano suene bien y no parezca cosa de risa.
Más allá del futuro que les espere, el caso de Stoner muestra una evolución, un camino para darle más colores y sonidos a la escena rockera de este país. Menos metralla y más melodía. En Cuba hay muchas bandas así, ensayando en algún lugar o en la mente de algún músico. Ojalá más gente pase de peces a piedras.