Eurodisparos XVIII

Con una mezcla de autoridad y desparpajo, España avasalló en Kiev a Italia y alcanzó el trono de la Eurocopa 2012, para firmar un ciclo victorioso que comenzó en la Euro previa y se extendió al Mundial de 2010. Ni siquiera la jerarquía de Buffon evitó cuatro celebraciones en la noche, desatadas por Silva, Jordi Alba, Torres y Mata. Y es que el equipo había reencontrado su ritmo, ese modo de hacer que le ha permitido superar todos los "ochomiles" del fútbol. A la postre, un sinfín de españoles se abrieron espacio en el equipo ideal, Iniesta fue MVP y el Niño se proclamó Pichichi.

ESPAÑA 4 - ITALIA 0: PORCA MISERIA

¿Y ahora qué puedo yo decir que no haya dicho antes, con el balón, La Roja?

La selección de don Vicente barrió del campo a Italia -digo barrió en sentido literal- y no dejó margen a dudas sobre su condición de mejor equipo de la Euro. Y del planeta, claro, que para algo tiene el trofeo de Sudáfrica, y para algo también ha de servir la invención de una manera de jugar.

De nada les valió la Scaramanzia a los Azzurra. Empeñados en amigarse con la buena fortuna, ese día hubo muchos que golpearon tres veces el plato con la cucharilla, y otros frotaron cuernos rojos, y no faltaron los que comieron seis anchoas en los minutos que antecedían al encuentro.

Nada pudo impedir que España hiciera como César, que "veni, vidi, vici" y conquistara -o mejor- reconquistara todo el oro del Viejo Continente. Y es que, "porca miseria", la mala suerte se había cebado en los hombres de azul.

¿A que sí se cebó? ¿A que fue un infortunado suceso que Xavi Hernández Creus, con el GPS fuera de servicio en casi todo el campeonato, lo activara para el último partido? ¿O que España recuperara para esos noventa minutos la verticalidad, el vértigo en el toque y el mordiente en los metros finales?

España hizo lo que nadie. No había sido la sombra de la España elegante de Luis Aragonés en 2008, aquella de las combinaciones luminosas y la hermosura a tope. No había sido tampoco la Roja supersónica de hace un par de años, cuando ya estaba el mando el Bigotón. Sin embargo, se las ingenió para plantarse en el Día D y, a costa del magister italiano, desembarcó todos los goles que debía.

Así llegó a tres 'grandes' sucesivos. Inédita hasta entonces, la gesta pone al grupo en un altar privilegiado de la historia, ese en que, por ejemplo, conviven el Brasil de Pelé y la Alemania de Franz Beckenbauer. Ahora, y por siempre, habrá que hablar de la España de los 'locos bajitos', comandada por el cerebro de Terrassa y el motor de Fuentealbilla.

Xavi venía de ser el mejor futbolista de la Euro precedente. Ahora tocó el honor a Iniesta, duende inmenso del que alguien escribió en la prensa madrileña que, siendo Zidane, tuvo que hacer de Messi. Es decir, jinete y caballo en una sola pieza. Y pudo.

Diez jugadores coló España en el equipo ideal de 23 figuras. Todos los titulares, excepción hecha de Arbeloa, que es el punto más bajo de la escuadra pero, ojo, se dio el lujo de 'secar' a Cristiano en la semifinal. Para colmo de bienes, la Furia fue el equipo más anotador y menos anotado. Y tuvo al capo cannonieri del evento, el Niño Torres.

¿Puede pedirse más? Los malagradecidos hablarán de las manchas. Sin embargo, lo justo es admitir que esta generación es inmortal porque se aferra a su filosofía y la defiende en cada choque, haciendo de la posesión un arma defensiva y del fútbol un sacrificio artístico.

Da gusto ver jugar a España. Ya no le pesan los complejos de antaño, cuando jamás pasaba de la fase de cuartos, y ahora gana, y gana, y gana. Con un "9", qué bueno. Sin un "9", da igual. Con extremos, con Villa y con Puyol, pero también sin ellos. Con un mediocentro, o con doble pivote.

Un tipo al que respeto reparó hace algún tiempo en que "esta España recogió las esencias del jogo bonito de Brasil, tuvo el corazón de Argentina, sublimó el juego de posición de La Naranja Mecánica y lo sazonó de unas gotas del gen competitivo propiedad de alemanes e italianos".

Muy grande es esta Roja. Lo acaba de probar en el frío verano de Ucrania, en un torneo donde le faltaba pegada y le sobraba toque horizontal. De pronto, como si todo fuera una ilusión destinada a confundir, emergió la mejor versión ibérica y, uno a uno, empezaron a salirle conejos al sombrero.

LOS VOTOS DEL AUTOR

Jugador del partido: Andrés Iniesta.

Arbitraje: 4 puntos.

Calificación del choque: 5 puntos.

FICHA TÉCNICA

Estadio Olímpico de Kiev, Ucrania; España 4 - Italia 0 (2-0).

España: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso; Iniesta (Mata, min.87), Xavi, Silva (Pedro, min.59), Cesc (Torres, min.75).

Italia: Buffon; Abate, Barzagli, Bonucci, Chiellini (Balzaretti, min. 21); De Rossi, Pirlo, Marchisio, Montolivo (Motta, min.56); Cassano (Di Natale, min.46), Balotelli.

Goles: 1-0, min.14: Silva. 2-0, min.41: Jordi Alba. 3-0, min.84: Fernando Torres. 4-0, min.88: Mata.

Árbitro: Pedro Proenca (POR). Amonestó a Piqué (min.25) por parte de España y a Barzagli (min.45) por parte de Italia. --ESTADIO: Olímpico de Kiev.