Alazanes: sobre las derrotas en casa y otros detalles

Por Ibrahín Sánchez CarrilloNo me detendré en muchos aspectos que han abordado los foristas en sus comentarios en posts anteriores, como son la relación público-jugador o el papel de ambos en el espectáculo. Sí voy a dejar sentado que la afición de Bayamo no es la peor del país y SÍ apoya a su equipo.

Pero para entender qué ha pasado este año en el Mártires de Barbados (MB) es más prudente mirar desde las gradas hacia el terreno y no desde el terreno hacia las gradas.

También resulta oportuno echar un vistazo atrás, pues hay argumentos que pueden ayudar a enmendar la injusta y poca responsable afirmación de que los granmenses no ganan en casa porque el público no los apoya.

"Hay que sacar a Los Alazanes del Barbados para que jueguen bien", dijo a toda voz y con autoridad extrema Julia Osendi, con el único argumento que le aportó el piloto de los granmenses Indalecio Alejandrez Mesa y sin detenerse a analizar causas y consecuencias del fenómeno que abordaba.

Un golpe duro para los bayameses amparado en la superficialidad de los medios de prensa deportivos de la Isla, que a partir de ahí echaron a rodar una bola de nieve con apariencia ingenua y hoy los habitantes de la ciudad monumento están tachados de "agresivos" y mal agradecidos.

¿Han jugado mal Los Alazanes en casa? Si. ¿De quién es culpa? De ellos. ¿Por qué esgrimir como determinante un factor tan subjetivo como el público (que en definitiva reacciona por lo que sucede en el terreno, no es causa, es efecto)? ¿Para quitarse responsabilidad de encima?

Si el MB fuera una plaza hostil, ¿usted cree que el Latino, el Sandino, el Guillermón o el Cepero lo puedan ser menos? ¡Claro que no! ¿Entonces cómo es posible que se sientan mejor en esos terrenos? Yo sugeriría revisar qué hacen los jugadores cuando están en casa y si cumplen con las mismas disposiciones disciplinarias que fuera del territorio.

Dejemos claro tres cosas. Primero, esta no es la única temporada en que los granmenses pierden más como home club que como visitadores; segundo, no fue en el Barbados donde único cayeron, y tercero, esta situación no se manifestó durante toda la campaña. El período crítico se circunscribe del 20 de diciembre al 22 de enero. ¿Qué pasó en esos momentos?

Vayamos por puntos. Miren, durante las desastrosas campañas 47 (2007-2008, 12 lugar) y 48 (2008- 2009, 15 lugar), pasó algo parecido; como home club obtuvieron un balance de 15-30 y 18-27, respectivamente, de un global de 36-54 y 34-56 . ¿Y fue culpa del público? No. En aquellos momentos hubo indisciplinas y falta de cohesión entre atletas y cuerpo técnico (uno que terminó con malos resultados y otro que empezó sin experiencia en estos trajines).

Sin embargo, es curioso que en las siguientes series -49 y 50- acumularan impresionantes balances de 29-15 y 30-15 en terrenos de casa. ¿Cambió tanto la afición en un abrir y cerrar de ojos? No. ¿O fueron otros factores los que favorecieron mejorar la correlación de victorias y derrotas?

Estas dos situaciones -totalmente opuestas- te conducen a una conclusión: no es el público el elemento determinante para jugar bien o mal como home club. Hasta aquí los antecedentes.

Veamos ahora esta temporada. Los Alazanes jugaron mal en el MB y fuera de este. En Manzanillo terminaron con (2-3), mientras que cayeron en Campechuela, Buey Arriba y Río Cauto; y solamente ganaron en Yara. ¿Se trasladó el público bayamés a estos territorios para abuchearlos? No.

El último aspecto y más importante: El 20 de diciembre de 2011 Los Alazanes llegaron al Barbados con un favorable 10-5 para enfrentar tres compromisos antes de fin de año. Entonces se produjo una inesperada debacle que incluyó tres barridas consecutivas y que finalizó el 22 de enero. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿En qué parte entra la supuesta relación negativa público-equipo para conducir a este inexplicable desmoronamiento?

El argumento más contundente lo siguen aportando las estadísticas. En ese período gris en el MB (vs Cienfuegos, C. de Ávila, Las Tunas e Industriales) Granma ganó dos y perdió ocho. Sin embargo, en las siguiente 10 subseries desarrolladas aquí el balance fue de ¡18 éxitos y 12 reveses! ¿Cómo se entiende esto, que no sea a partir de un cambio de actitud de los jugadores? Y no finalizó mejor la prporción por aquella fatídica y memorable subserie frente a Sancti Spíritus, que todos pudimos ver.

Conclusión: en el Barbados se pierde hoy más que lo que se gana porque hubo un período gris entre el 20 de diciembre y el 22 de enero, en el que el equipo perdió el rumbo.

Las causas de la derrota pueden ir desde resistencia al cambio frente a la nueva dirección (para mí lo fundamental), no saber "manejar" su estancia en casa -con todas las cosas que eso lleva aparejado (disciplina, concentración en un objetivo, disposición...)- hasta el papel imperceptible de un líder dentro del grupo para revertir la situación adversa.

En última instancia -para no ser absolutos- pudo influir la pasión desbordada de individuos aislados que haciendo uso de su derecho como aficionados arremetieron contra jugadores, como es habitual en todo estadio, en momentos en los que la apatía era expresa. Reitero: casos aislados, nunca manifestaciones masivas de reproche.

Afortunadamente muchas de estas situaciones fueron superadas en el transcurso del torneo y Los Alazanes lograron clasificar para la postemporada. Ahora la tarea es enfocarse en superar a Ciego de Ávila e ir por la discusión el título de Cuba. Pero, para lograrlo tendrán que asumir que ellos son los principales actores de esta película y que ese protagonismo se demuestra con un juego alegre y coherente.

(Tomado del blog Zona de Strike)