Víctor Mesa: La explosión cubana

Recuerdo que hace un tiempo -cuando Villa Clara tenía como mentor a Víctor Mesa y Santiago de Cuba, mi equipo, estaba en la lucha de los finales- dije, para buscarme la furia de un grupo de avispas aficionadas, que Víctor merecía ganar el campeonato porque con una guerrilla había llegado a los finales.

No tengo nada contra Sancti Spíritus, pero el último juego con Matanzas lo disfruté a todo pulmón. Cuando se gana un juego, se habla del equipo, cuando se pierde se critica al mentor; pero en Matanzas no ha pasado así, el polémico, explosivo y extraordinario pelotero Víctor Mesa -hoy un mentor reconocido- es el héroe de los yumurinos, por eso lo pasearon en hombros por el estadio. No es para menos: en las dos series anteriores el equipo de la Ciudad de los puentes quedó en el puesto 14, y un año después con los mismos peloteros, un equipo de dirección dirigido por "la explosión naranja" logra que sea el conjunto más ganador de Occidente y de hecho ya tenga asegurada la medalla de bronce, sea cual sea su próximo resultado.

Es una hombrada, una muestra de que en Cuba hay buenos peloteros, pero que necesitan un guía, un líder que los lleve a sentir la pelota como una pasión total por la que se puede y debe dar hasta el último aliento.

No sé cuándo este hombre -que lo mismo sienta a su mejor bateador si no sigue sus orientaciones, que discute acaloradamente una decisión arbitral, buscándose a veces la expulsión- podrá tomar en sus manos la dirección del equipo Cuba. ¿Cuántos equipos más sotaneros tendrá que llevar a la cúspide del campeonato nacional para que reparen en él como lo que es: un mentor que juega a la pelota?.

Lo que ha realizado en esta serie Víctor Mesa, es una muestra de que sí se puede tener un mejor béisbol en Cuba, pero hay que seguir los mandatos del juego, no presupuestos obsoletos que hoy no funcionan en ninguna parte del mundo.

Si contra los pronósticos Matanzas sigue en su tren ganador, bien vale que Víctor sea "la explosión cubana" -de corazón lo es- en los próximos partidos internacionales. El polémico pelotero y director, bien que se lo ha ganado. No somos ingleses, entonces la flema no puede ser el ingrediente de dirección en un equipo de la mayor de Las Antillas en la que gestos, brincos, malas y buenas caras forman parte de un juego que se integra por sus vocablos y por ser sangre de nuestro país, en el rico ajiaco de nuestra nacionalidad.

(Tomado de La Jiribilla)