Strike 3: Flashazos de postemporada (V)

Ismel, a pura espuela. Foto: Ismael Francisco

¿Quién lo habría imaginado? A estas alturas de los cuartos de final, el play off más equilibrado es el que, a priori, parecía más desbalanceado. Sí señor, porque Granma venció ayer en la tarde a Villa Clara para poner la serie 2-2, mientras Ciego de Ávila logró su primer zarpazo al rostro de los Leñadores tuneros, que archivan par de éxitos. En cuanto a Industriales y Sancti Spíritus, volvieron a triunfar sobre Cienfuegos y Matanzas, respectivamente, y se postulan como firmes candidatos a dirimir el trono occidental.

Alazanes, briosos: Que el béisbol tiene cosas inexplicables, es seguro. Los granmenses corren tan mal las bases que parecen carros locos. Y son tan ineficientes con el guante como si en los entrenamientos no prestaran atención a tales menesteres. Sin embargo, se las han ingeniado para igualar su serie versus Villa Clara a dos éxitos por bando, apoyados en algo que sí saben hacer, y muy bien: pegarle fuerte a la Mizuno. Encabezados por el Caballo de los Caballos, han desmentido aquello de que los Naranjas andaban sobrados de abridores, dependiendo en el box tanto de cartas ganadoras (Ciro Silvino) como impredecibles (José Armando Peña). Ojo, que este play off quedará virtualmente decidido esta noche.

Vladimir, salvavidas: Obligado a ganar, Ciego puso todas sus esperanzas en el brazo de Vladimir García. El diestro, ahora mismo entre los tres mejores pitchers del país, subió al box del Cepero y se mantuvo en él durante todo el recorrido, apelando a su recta asesina y a ese temple formidable que ya lo encumbró el año pasado ante los Naranjas. Muy pocas libertades le otorgó Vladimir a los inspirados muchachones de Las Tunas, que debieron reducir drásticamente el número de intentos de estafa y las acciones de corrido y bateo. Nada, que cuando hay pitcher... no hay mucho corretaje.

Industriales, aplastante: Los primeros lanzamientos de  Norberto González dejaron ver que el zurdo sureño no gozaba de su habitual control en las esquinas. Todo lo regalaba el mismo centro, y ese error siempre se paga caro, máxime si enfrente está un equipo tan ofensivo como los Leones. En la otra trinchera, Odrisamer volvió a burlar a la manada, que padece una anemia atacante patética, simbolizada en el nulo rendimiento de su proa, Lázaro Rodríguez. Tres detalles que no puedo omitir: Yasmani Tomás sigue sembrando el pánico a golpe de muñecas; los árbitros "mordieron" inconcebiblemente con la picardía de Leyva en el sexto episodio (dejó que la conexión de Abreu le pegara para evitar el double play); y Torriente echó mano del buen juego táctico al conjurar una doble matanza con su salida rumbo a home con un rolling al pitcher.

Gallos, crueles: En esta campaña, cada vez que Ismel Jiménez lanza, Sancti Spíritus es un río crecido. El derecho vive un año de ensueño, y anoche le recetó su letal medicina a unos Cocodrilos que precisaban emparejar el duelo. No obstante, los hombres de Ruperto Zamora no se contentaron con darle una temprana y aceptable ventaja a su as del montículo, sino que masacraron a cuanto serpentinero se paraba en la lomita visitante. El resultado fue un nocao que -si no se produce un milagro- ya dejó sentenciada la batalla entre ambos conjuntos del oeste. ¿Gallos versus Azules en la próxima estación? Casi seguramente, sí.