Chelsea y Real Madrid cumplen los deberes

Foto: Marca

Los merengues y el primer equipo chipriota en clasificar a cuartos de final de la Champions League sostuvieron un buen encuentro en la ciudad de Nicosia. Durante más de 60 minutos intentó el Madrid perforar la puerta de Chiotis, pero el guardameta del APOEL mostró buenas maneras, en especial en las salidas de los córner y las jugadas a balón parado; el planteamiento defensivo presentado a los blancos no era sencillo de romper, y por lo general, los futbolistas de Mourinho se encontraban siempre marcados por dos jugadores.

¿Qué pasó en el minuto sesenta y tres? El técnico portugués quemó las naves y dio entrada a Kaká por el "pipa" Higuaín y a Marcelo por Coentrao. Es increíble la profundidad de este equipo por la banda izquierda cuando juega el brasileño; y no me refiero al ex milanista. Me ha costado reconocerlo, pero este Madrid es otro cuando juega el actual lateral izquierdo de la canarinha. Defensivamente no es un crack, pero a la hora de crear... está fuera de serie. Y así llegó el primer gol, por la banda izquierda.

Kaká centró entre tres defensas y adivinen quién apareció de palomita. Karim Benzemá. El francés limpió la mala imagen ofrecida en el primer tiempo al fallar un gol a puerta vacía: envío el balón por encima del travesaño. Esta vez se lanzó en busca del esférico y lo encontró con la cabeza; el 0-1 subió en el 76; la puerta tan bien defendida por el guardameta griego quedaba perforada a catorce minutos del final. De ahí en adelante, todo fue del Madrid.

Los cánticos no cesaron en el estadio GSP de la ciudad chipriota; los fanáticos perdonaban a su equipo los goles encajados y con mucho orgullo continuaban entonando sus voces. El segundo gol volvió a llegar por la banda izquierda. Taco de CR7 a Marcelo, quien llegaba hasta la línea de fondo y deslizándose "in extremis" salvaba el balón y enviaba un pase de la muerte a Kaká; el brasileño no tuvo problemas para definir la asistencia de su compatriota.

El APOEL sintió su orgullo herido y salió en busca de un gol con los escasos recursos que poseía. Por desgracia, cuando no cuentas con grandes estrellas ni un presupuesto multimillonario, no tienes mucho que hacer ante un grande. En un contraataque de los blancos, Ozil envió de exterior y con la zurda una asistencia a Benzemá que no había manera humana de fallarla. 0-3 justo en el minuto noventa. Tras ciento veinte segundos de descuento, el árbitro dio por terminado el encuentro y el Real Madrid ya tiene pie y medio en las semifinales. ¿El APOEL? Cumplió. Enfrentaron al Madrid como pudieron, y por más de una hora mantuvieron intacta su puerta con el único recurso que poseían: defensa a golpe de coraje.

Por su parte, los ingleses vencieron a los portugueses en su casa. El Benfica no pudo derrotar en su feudo a los "blues". Ni Aimar, ni Witsel, ni Cardozo, ni Bruno César pudieron descifrar la telaraña del nuevo técnico del equipo londinense Roberto di Matteo; el italiano dejó en el banquillo a Frank Lampard, Michael Essien y al delantero Didier Drogba, y construyó un centro campo basado en la destrucción y una delantera en la que los puntales eran dos españoles: Juan Mata y Fernando Torres.

Incluso súper Maxi ("palito" Pereira), con múltiples internadas por su banda, no fue capaz de perforar la meta de Cech.

Fue Salomon Kalou el destinado a subir el único tanto al luminoso. Asistido por Torres en el minuto 75, perforó las redes lusas y dejó a su equipo con grandes posibilidades de enfrentar al ganador entre el Milan A.C. y F.C. Barcelona en semifinales. En la vuelta, los portugueses deberán ganar por dos goles o al menos, vencer 1-0 en Stanford Bridge, para soñar con las ansiadas semifinales. Completarán la jornada de ida de los cuartos de final de Champions Barcelona - Milán y Bayern Múnich y Marseille.