El tiburón mayor se declara vegetariano

En Miami, meca del terrorismo anticubano, hace años que algunos de sus miembros tratan de persuadir y convencer de una aparente transformación de sus métodos violentos para tratar de destruir a la Revolución cubana. Ahora lo intentarán con otros.
Ejemplos notorios han sido los de la llamada Fundación Nacional Cubano Americana, FNCA, que hasta el cansancio ha proclamado, que ya no son los mismos, que después de reflexiones internas han llegado a la conclusión de que han estado equivocados y prometen enmendarse. Dentro de esta se destaca el ejemplo de su presidente Francisco José Hernández Calvo, quien abjura de toda su vida como enemigo de la Revolución y dice ser, a sus 75 años, un renovado y auténtico hombre con vocación de paz, preocupado por el futuro de la Patria, que el ha intentado destruir durante varias décadas.
Ahora el tiburón mayor Luis Posada Carriles, proclamó pocos días después de haber sido declarado "no culpable" por un jurado en la corte de El Paso, Texas, que "ahora apoya una transición pacífica en la Isla." Dice haber dejado atrás medio siglo de accionar terrorista, de torturador, de asesino y afirma que ha dicho adiós a las armas. Dice ser un persuadido vegetariano, y hasta ha asegurado: "La lucha armada no tiene sentido" y los tiempos han cambiado, como todo".

Según Posada Carriles, toda violencia ha quedado atrás en su vida. Las mentiras que ha dicho, los crímenes cometidos, hasta las bombas que ordenó colocar en sitios turísticos de Cuba en 1997, donde una de ellas mató al joven turista italiano Fabio Di Celmo son cosas del pasado. Delitos impunes, que ahora el terrorista afirma son sólo parte de los recuerdos superados en su vida.
¿Qué opinarán las familias de sus víctimas venezolanas, de las de cubanos y cubanas, que murieron en el horrendo crimen del avión civil cubano?
¿Qué pensarán los mercenarios centroamericanos reclutados por Posada Carriles para colocar bombas y hoy cumplen prisión por sus actos de terror? ¿Crearán en la pretensión del criminal, en el anunciado y dudoso cambio?
La poca creíble contrición del criminal sobre su abandono de la lucha violenta contrasta con su larga hoja de vida y con sus amenazas expresadas, con toda claridad, en la entrevista televisada en 1998, cuando sentenció: "La única opción que tenemos los cubanos es combatir al régimen, un régimen violento, con la violencia", dijo con total convicción el agente de la CIA y veterano terrorista a la periodista norteamericana María Elvira Salazar.
Ahora, cuando se le preguntó específicamente si sus referencias recientes a la "lucha pacífica" constituían un rechazo de su parte a la violencia contra el gobierno cubano, Posada respondió: "Sí". "La lucha armada está descartada".
Sus seguidores y admiradores, que lo vitorearon a su llegada a Miami blandiendo los tambores de la guerra, han quedado consternados y pocos creen en su actualizado proceder.
Es lógico, el vegetarianismo repentino de este inveterado depredador, no es más que un ardid orientado por sus abogados para dar una nueva imagen al terrorista y así evitar que prospere el proceso de extradición que legítimamente exige Venezuela desde hace años o cualquier intento de abrir nuevos procesos judiciales en Estados Unidos para juzgarlo por terrorismo.
Llama la atención que durante el juicio de Posada en El Paso, ninguno de sus abogados hayan leído alguna declaración de su cliente en relación a sus convencidos cambios. ¿Por qué, al ser absuelto, éste afirma que ha decidido rechazar la violencia como forma de vida?
Ni antes la Fundación, ni Francisco José Hernández Calvo, ni ahora Posada Carriles, podrán convencer de haber abandonado su pasado y práctica criminal, la saga de sus actos los signan.

19 de abril de 2011