Cancún: las cubanas secuestradas, en red de prostitución de los Zetas

Las cuatro cubanas secuestradas por los Zetas, la pandilla asesina asociada a la mafia de Miami, se encuentren bajo control de la red de prostitución que maneja el grupo en todo el territorio mexicano.

Es lo que cree el diario Por Esto! de Yucatán al informar en sus últimas ediciones del caso de los cubanos torturados a su llegada en México por delincuentes que los capturaron en alta mar y los llevaron a Puerto Juarez.

Las cuatro muchachas, descritas como "bonitas" por los varones del grupo, fueron separadas, subidas a un vehículo y llevadas  a un destino desconocido.

De ellas "nada se sabe hasta el momento, por lo que se cree que son obligadas a prostituirse en casas de citas clandestinas o en bares que son controlados por el grupo delictivo", concluye el diario más difundido de la península, bien conocido por sus investigaciones en los círculos de la criminalidad.

Por otro lado, uno de los cubanos rescatados por el ejército en una casa de seguridad de Cancún, Eros Gutiérrez Popo, se reveló ser en realidad uno de los torturadores que se hacía pasar por víctima. "Se encargaba de custodiar a los ilegales, además de participar en las torturas, vejaciones y hasta mutilaciones," precisa Por Esto!

De fuente segura se supo que el otro secuestrador, identificado como tal en el momento de la operación de liberación de los rehenes, salió de Cuba hace solo unos meses después de haber sido preso en la Isla, durante un año, por malversación y hurto.

Ditsán Farradaz Ulloa vivía en la localidad de Guïnes, cercana a La Habana, donde desvió embarcaciones en la base local de pesca, antes de abandonar ilegalmente el país.

Gutiérrez Popo y Farradaz Ulloa  forman parte de la estructura de cubanos que cuentan con nacionalidad estadounidense, encargados por la mafia cubanoamericana de asistir  a "Los Zetas" en su tráfico de personas de origen cubano.

En el teléfono celular de los secuestradores se encontraron fotografías tomadas en el momento en que los cubanos eran torturados y amenazados y donde se ven  las heridas causadas a machetazos. Uno de los secuestrados se aparece con una pistola en la boca.

Estas fotos fueron enviadas a los familiares de los cubanos para que pagaran 10 mil dólares por cada rehén.

Un operativo realizado en julio en torno al secuestro de una joven cubana, Taimy González, secuestrada a pesar de que familiares ya habían pagado a los Zetas unos 12 mil dólares, confirman la vinculación de los secuestradores con la mafia cubanoamericana.

Los delincuentes de origen cubano entonces detenidos son, entre otros, José Luis Hernández Alonso, 48 años, residente en la Florida; Jordy Gutiérrez Piñeros, 29 años, con domicilio en Av. Coats Street 5445, Napoles. Florida; Gil Hernández Castro, 71 años, del 33177 Av., F. Pinekey, Florida; Carmen Rives Rives, 47 años, de 1749 South Way 42, Terra, Florida; Julio Rives Rives, 42 años, del 1227 Fuller Lane, Napoles, Florida.

Se sospecha que los mafiosos trabajan a menudo con la complicidad activa de autoridades locales que, incluso,  se prestan para escoltar a la victimas y luego "cerrar los ojos"  en cambio de pagos.

La operación de secuestro descubierta en los últimos días ha sido precedida de muchas otras más, revela la investigación. Las víctimas aterrorizadas conservan generalmente el silencio ante las atrocidades.

El padre de la joven Taimy Gónzalez ha revelado a la Subprocuraduría de Justicia del Estado que había pagado con antelación el traslado de su hija  hasta la ciudad de Miami, Florida, a una mujer "alta, mayor de edad y canosa " a la que conoció como "Mami". Sin embargo, "Los Zetas" se encargaron de cobrar al hombre un millón de pesos mexicanos más para liberar a la joven y dejarla llegar a la frontera norteamericana.

En Miami, la mafia cubanoamericana y sus portavoces en el Congreso promueven en cada oportunidad el mantenimiento de la Ley de Ajuste Cubano que favorece el lucrativo tráfico de personas hacia México.

Los emigrantes a quién las autoridades norteamericanas niegan visas, viajan a México y luego a la frontera con Estados Unidos donde aprovechan esta legislación, para entrar en territorio norteamericano mientras se le deniega tal autorización a los mexicanos y centroamericanos que mueren por decenas al intentar atravesar la frontera en búsqueda de trabajo.

Los Zetas, el grupo armado del Cartel del Golfo, también trafica a hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, dominicanos, haitianos y hasta a asiáticos.