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Proyectan en Camagüey "El Mayor", una película de lealtades

Esta presentación responde no solo al deseo incalculable de Rigoberto de que la película se rodara primeramente aquí, sino también al apoyo incondicional de las autoridades agramontinas. Imagen: Juventud Rebelde.

En la noche de este lunes se proyectó en la Sala el Circuito —antiguo cine Encanto— el filme El Mayor, del desaparecido director Rigoberto López Pego (1947—2019), para saldar una deuda con esta ciudad legendaria, tierra natal del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz (1841—1873), donde se rodaron sus escenas casi en su totalidad.

En la presentación especial, la cinta fue valorada como una muestra de "lealtades infinitas", por Rolando Rodríguez, primer Asistente de dirección de la obra, quien explicó que este ha sido el proyecto de mayor presupuesto del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) en los últimos 30 años.

"Sí, de lealtades infinitas, porque es lealtad a la patria, a la figura de Agramonte, a Camagüey, a este pueblo, al amor, a la historia de la patria, a las luchas por la independencia de Cuba y por la confirmación de su soberanía; uno de los principios más sagrados de todo nuestro pueblo durante su historia de emancipación. De lealtad esencialmente a los símbolos sagrados de Cuba; de Rigoberto por este proyecto que acarició desde lo más profundo y de los actores por sus personajes", explicó Rolando Rodríguez.

Esta presentación responde no solo al deseo incalculable de Rigoberto de que la película se rodara primeramente aquí, sino también al apoyo incondicional de las autoridades agramontinas, especialmente las instituciones del Ministerio de Cultura, el Gobierno, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el pueblo camagüeyano.

Marilyn Sampera, viuda del cineasta y fiel defensora de este proyecto por más de 14 años, sintetizó el amor inmenso del destacado documentalista por El Mayor: "Ni en los peores momentos de su enfermedad dejó de trabajar. En silla de ruedas y con el apoyo de una ambulancia, y sus profesionales, grabó las últimas escenas y locaciones de este largometraje, del cual logró ver terminado su filmación y su primer corte o edición", narró.

Durante la conferencia de prensa, desarrollada en la Sala Nuevo Mundo, el productor Santiago Llapur aseguró que sin el apoyo y patrocinio de las autoridades agramontinas sería imposible exhibir un filme de esta envergadura, que abrazó la historia en todas su visiones y aspectos, desde las locaciones más naturales y joyas arquitectónicas del Camagüey legendario y extenso, hasta la confección de vestuarios y uniformes mambises y españoles. Y para la armería de la época, los museos facilitaron los originales conservados como reliquias en sus almacenes, detalló.

Significó además que la película desarrolló a la par una cultura estricta por el detalle de ambientación, muchas veces aportado por una ciudad conservada en el tiempo.

En tal sentido no solo reconoció a las FAR y a sus cientos de jóvenes del Servicio Militar, sino también a trabajadores de los museos del territorio y al prestigioso Ballet de Camagüey, el cual no solo prestó su sede para las largas jornadas de filmaciones, sino también a su diestro personal de confecciones textiles.

Esta es una obra de ficción inspirada en hechos reales, en la que el actor Daniel Romero y la actriz Claudia Tomás desempeñaron los personajes principales de Ignacio Agramonte y su esposa Amalia Simoni.

Ambos jóvenes agradecieron la oportunidad que le ofreció el director, maestro y amigo Rigoberto, y significaron el aporte de la también desaparecida historiadora Elda Cento (1952—2019), de quien recuerdan que al nombrar a El Mayor lo asumía como su "hijo entrañable y querido", al que amaba sin límites.

Claudia reveló que en las cartas de Ignacio a su amada Amalia pudo hacer crecer y creer en su personaje, pues "a través de los ojos y las palabras de Ignacio pude verla para enfocarme en el amor y la entrega de Amalia por su esposo y por Cuba. De ella aprendí —insistió— que el amor es dar más que recibir".

Para Daniel, su interpretación de Martí en El ojo del canario (del destacado cineastas Fernando Pérez) lo convirtió en artista, e interpretar al héroe camagüeyano legendario, en hombre: "Nunca podría estar a la altura del gigante que fue Ignacio. El público verá solo una idea de lo que fue Agramonte, porque su dimensión es inalcanzable", subrayó.

"De Camagüey y su gente me llevo su don para el lenguaje —aseguró el joven—, su devoción por la historia, tantas cosas… Pero además el nacimiento de mi amor, de nuestro amor, el de mi esposa Claudia, quien me robó el corazón, como Amalia a Ignacio".

(Tomado de Juventud Rebelde)