La Opinión Gráfica: Colas sintomáticas

Las colas, ese engendro cubano que se instaló con fuerza de pandemia en nuestra cotidianidad desde los inicios del período especial, han sido la constante en estos tiempos de la COVID-19.

Por su capacidad de volatilizar el virus dada la cantidad de personas que llama, resultan peligrosas. Por lo ilustrativo de lo que sustentan, son necesarias y, aunque parezca paradójico, sintomáticas.  Y voy a marcar “el último” en esta modalidad. Sí, porque en los tiempos que corren es bueno que existan colas. Y explico rápido antes de ganarme una gritería de esas que, lastimosamente, las afean.

Cuando usted ve un mercado, una tienda o un simple punto “poblado” de personas, la señal es evidente: algo hay. Y eso es bueno en tiempos en que el país ha debido hacer malabares para traer hasta esta isla parte de lo que nos hace falta. Por eso cuando la quietud reina en los comercios es señal de que los estantes están vacíos o, al menos, no tienen lo que se busca. Y eso es menos saludable que las colas.

(Tomado de Escambray)