ONU: La rehabilitación de las tierras ayuda al medioambiente y a la economía

Tierra afectada por la deforestación. Foto: PNUD.

Invertir en la rehabilitación de las tierras para mejorar los medios de subsistencia de comunidades y países, al tiempo que se reducen las vulnerabilidades que contribuyen al cambio climático y plantean mayores riesgos a la economía, es una de las estrategias a seguir para resolver algunos de los problemas más importantes de nuestra época, dijo esta semana el responsable de la entidad de Naciones Unidas dedicada a la lucha contra la desertificación.

Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), dijo que promover la restauración de las tierras con objetivos medioambientales y económicos es un objetivo de la Decimocuarta Sesión de la Conferencia de las Partes (COP14) de ese acuerdo, que se celebra del 2 al 13 de septiembre en Nueva Delhi.

Thiaw recordó que la Convención es el único tratado global que trata cuestiones relativas a la tierra, y añadió que esta proporciona el 99.7% de las calorías que consume la humanidad.

“La tierra es un gran contribuyente a nuestras economías, y las pérdidas producidas por su degradación se estiman entre el 10% y el 17% del PIB global”, señaló.

Asimismo, consideró que este deterioro representa una grave amenaza para la salud, causado principalmente por tormentas de arena y polvo y su relación con enfermedades como el asma, la bronquitis o la meningitis, entre otras.

Estos fenómenos atmosféricos representan una amenaza mundial, como lo prueban las graves tormentas de polvo y arena que causaron la muerte de 125 personas y 200 heridos en el norte de la India durante 2018, junto a otros fenómenos similares en el mar de Aral y en Europa. Una situación que, según Thiaw, preocupa en total a 151 países.

El máximo responsable de la UNCCD advirtió que la degradación de la tierra también “tiene conexiones con la paz y la seguridad”, pues obliga a las comunidades a competir por el acceso a la tierra y al agua y, en algunos casos, a entrar en conflicto, como sucede en la región africana del Sahel.

A medida que se intensifica el fenómeno de la desertificación, un planeta sediento también da lugar a migraciones forzadas, presiones crecientes sobre suelos fértiles, inseguridad alimentaria y cargas financieras, recordó.

La mala salud de la tierra, combinada con la pérdida de biodiversidad, exacerbada por los efectos del cambio climático, ha dado lugar a cambios ambientales que podrían obligar a migrar a un total de 700 millones de personas para el año 2050, según los cálculos de la UNCCD.

Se espera que la COP14 llegue a un acuerdo sobre alrededor de 30 medidas en un intento por asegurar que se alcancen los objetivos de la Convención para el periodo 2018-2030, como se indica en el Marco Estratégico de esta, el compromiso más amplio para lograr la neutralización de la degradación de las tierras (NDL).

Al final del evento, las Partes adoptarán una declaración sobre la degradación de las tierras que se presentará en la próxima Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas, el 23 de septiembre en Nueva York, en la que se destacará la restauración de las tierras como parte de la solución para combatir el flagelo del cambio climático.

La cumbre de la COP14, que se celebra hasta el 13 de septiembre, reúne a 8000 asistentes entre los que se encuentran ministros, científicos, representantes gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y diversos grupos comunitarios de 196 países, con la esperanza de acordar nuevas medidas para impulsar la fertilidad de la tierra.

(Con información de Noticias ONU)