Varios de los archivos médicos de miles de británicos que recibieron transfusiones de sangre contaminada fueron destruidos o contienen información falsa, denunció hoy el abogado Aidan O''Neill, representante de 250 de las víctimas.
Durante la segunda sesión de una investigación pública sobre el caso, el letrado aseguró que la documentación del tratamiento de muchas de esas personas no existe y en los registros hallados fueron añadidos datos y padecimientos.
Según medios locales, de 1970 a 2000 alrededor de cinco mil ciudadanos con hemofilia y otros trastornos de coagulación fueron contagiados con VIH, hepatitis C y otros virus, tras ser transfundidos con sangre traída de Estados Unidos, obtenida de prisioneros y drogadictos a cambio de un pago.
Cerca de tres mil personas murieron debido a esas enfermedades y, según Langstaff, otras miles pudieran estar infectadas en la actualidad.
Tras varios intentos fallidos y gracias a la insistencia de las víctimas, la nueva pesquisa deberá determinar qué sucedió con los archivos médicos de aquellos años, si los pacientes fueron engañados y por qué se les negó ayuda financiera a los afectados.
Además, analizará la implicación del gobierno, el Sistema Nacional de Salud y otras entidades.
"Esta investigación sacará a la luz injusticias del pasado y el presente. Los responsables tendrán la oportunidad de aceptar sus errores y pedir perdón", señaló O'Neill.
Asimismo, indicó que varios de los pacientes no fueron alertados sobre los riesgos de las transfusiones ni se les pidió a ellos o a sus familiares la autorización para realizar ese procedimiento.
"En algunos casos, se añadió información falsa como, por ejemplo, que esas personas sufrían de alcoholismo, lo cual justificaba los daños al hígado", afirmó el abogado.
Por otra parte, denunció que muchos de los enfermos no fueron advertidos de su infección con los virus, lo cual elevó los riesgos de contagio a otros ciudadanos.
(Con información de Prensa Latina)