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Final Mundial de ACM-ICPC: Genios cubanos al otro lado del mundo

El equipo sUrPRise llega a la Final Mundial luego de no poder asistir a la versión de 2017 (Foto: Malú Vilasa)

Pasaron casi cuatro meses desde que el área de América Latina y el Caribe otorgó cupos a los mejores equipos de cada zona para la Final Mundial del concurso de ACM-ICPC. Más de 15 mil equipos se eliminaron en todo el planeta para llegar hasta Beijing, y de ellos solo 140 lograron el objetivo. En aquel noviembre, Cuba celebró la clasificación por primera vez en la historia de tres selecciones para la cita universal.

Luego vinieron semanas de fogueo, estudio de competencias anteriores, campos de entrenamiento y muchas horas dedicadas a la solución de los ejercicios más inimaginables. La capital china poco a poco estaba más cerca y cada día nuevos detalles debían pulirse. Ahora el tiempo terminó y en la noche de este miércoles —amanecer del jueves al otro lado del mundo— las tres selecciones de la Mayor de las Antillas tendrán por fin la prueba de fuego que modelaron durante tantos días.

Desde Cuba hasta Beijing

Daniel Enrique Cordobés y Niuber Ramírez son dos de los integrantes de KFP (Foto: Malú Vilasa)

Para los integrantes de sUrPRise (Universidad de Pinar del Río), KFP (Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas) y Netscape (Universidad de Oriente, Sede Antonio Maceo), el primer minuto del Concurso Real de la Final Mundial de ACM-ICPC les permitirá comprobar si dieron resultados las bases de entrenamiento, los planes especiales de estudio y los incontables sacrificios.

Según Niuber Ramírez Grey, uno de los miembros de KFP, obtener un buen resultado en Bejing implica combinar largos meses de preparación con un buen trabajo de equipo e incluso con el temario seleccionado para el evento. De cualquier manera —confiesa— ellos mantendrán sus rutinas de chistes y conversaciones para evitar los nervios antes del inicio del torneo.

Con apenas 20 años —los últimos cinco de ellos dedicados a la programación competitiva— Niuber sabe que clasificar a una cita del orbe representa ya una victoria para cualquier conjunto de la Isla. Para él, llegar a esa instancia significa un premio a tantas horas de análisis y a la dedicación imprescindible para tomar parte en competencias nacionales y regionales en los últimos años.

“Todos los equipos que vamos este año al mundial tenemos un nivel muy parejo. Aunque el movimiento de ACM en Cuba no tiene tanto tiempo como en otros lugares, sí hemos subido bastante rápido el nivel. Para KFP, ubicarnos en torno al lugar 70 sería una buena actuación”, asegura.

Una opinión similar comparte Luis Manuel Díaz Barón, el entrenador de sUrPRise, para quien la presencia en la capital china es una historia de triunfos incluso antes de comenzar el torneo.

“La preparación ha sido un trabajo de años. Este equipo compite junto desde el 2014, hemos sacrificado mucho, con momentos especialmente duros y ahora esperamos completar una buena actuación. Nos abrazaremos antes y después de la competencia, cualquiera que sea el resultado”, dice con orgullo.

Para el conjunto de la Universidad de Pinar del Río, su presencia en China tiene una connotación extra. Aunque lograron su cupo para la versión mundialista de 2017 en Dakota del Sur, el gobierno de Estados Unidos les negó la visa y no pudieron asistir al evento. Ahora, llegan a Beijing tras liderar a Cuba en la Final Regional de 2017, aunque ya los directivos de ACM-ICPC les habían cursado una invitación especial.

Otros que arriban luego de varios años de trabajo son los integrantes de Netscape, quizás el equipo con más experiencia entre los que representarán a Cuba en la nación asiática. Con la sabiduría acumulada tras varios años como miembro de selecciones cubanas, Reynaldo Gil Pons, uno de sus actuales entrenadores, sabe del rigor y las cualidades esenciales que deben tener sus pupilos para mantener el nivel en los torneos de programación competitiva.

“Para ser exitoso un equipo debe contar con la suficiente habilidad para programar y resolver problemas complejos con agilidad. Además debe tener cohesión y experiencia para evitar el nerviosismo, y trabajar en conjunto en la solución de problemas”, asegura.

Alexander Bestard y Aurora Gil son los miembros más experimentados de Nescape (Fot: Malú Vilasa)

En sus palabras aparece una clave vital: la unidad. Ese concepto también surge con frecuencia en el discurso de José Daniel Rodríguez Morales, hasta hace poco tiempo integrante de KFP y ahora su joven preparador. Para él, la confianza y la comunicación entre todos los integrantes resulta vital para obtener altos rendimientos en cualquier competencia, aunque también existe un factor psicológico que no se puede desconocer.

“El trabajo de un entrenador consiste en guiar al equipo, motivarlos y crearles las condiciones imprescindibles para su preparación. Además debe trabajar en el seguimiento de los concursantes y en garantizar el estado de ánimo justo durante la competencia, porque si bien no deben estar muy exaltados, tampoco ayuda una excesiva pasividad”, confiesa.

Para Daniel Enrique Cordobés, el tercer cubano mejor ubicado en el ranking de competidores del sitio web Codeforces —el portal digital más prestigioso entre los exponentes de la programación competitiva a nivel mundial—, la constancia es una herramienta imprescindible para aspirar a buenos resultados. “No rendirse nunca y llegar a la competencia con varios meses de excelente preparación son armas fundamentales de cada uno de los equipos cubanos”.

Apenas basta una mirada al listado por países de Codeforces para comprobar esa sentencia. Como nación, la Isla se ubica en el puesto 50 entre los más de 120 países representados. A su vez, entre los diez concursantes que encabezan el ranking cubano, seis llegarán hasta la capital china como parte de los equipos criollos.

Junto a Daniel Enrique, también aparecen en el listado Alexander Bestard y Ernesto David Peña (ambos de Netscape), así como Ruddy Guerrero (KFP) y Manuel Alejandro Díaz (sUrPRise). No obstante, la lista la encabeza el entrenador Marcelo Fornet (Netscape).

Ellos son claves dentro de los tres equipos que representarán a Cuba en la Final Mundial. Para el Ing. Dovier Antonio Ripoll Méndez, Coordinador General del movimiento ACM-ICPC en Cuba, esa tríada de selecciones lanza un mensaje positivo sobre el nivel de desarrollo que tiene la Programación Competitiva en la Isla.

“Para tener una mejor idea, en más de 40 años de historia de Finales Mundiales ACM-ICPC, aun hay países que sueñan con clasificar por vez primera a un Campeonato del Mundo, o incluso dentro de aquellos que han logrado ese privilegio, son muy pocos los que tienen más de una universidad con la condición de mundialista. Por supuesto, se requiere de mucho esfuerzo, sacrificio, empeño y apoyo institucional”, apunta.

ACM-ICPC en Cuba: los códigos de cara al futuro

Dovier Antonio Ripoll Méndez reconoce los progresos de Cuba en la programación competitiva

Para la cercana Final Mundial, Ripoll Méndez asegura que si el temario de problemas resulta similar al del año anterior, los tres equipos tienen la preparación para resolver hasta cuatro ejercicios. No obstante, un rendimiento satisfactorio de la delegación criolla —asegura— pasa porque cada conjunto resuelva al menos dos problemas y logre ubicaciones entre los puestos 50 y 80, “aunque el lugar 44 de UH++ el año anterior también esté en la mira”.

“Otra misión que llevamos, más en lo administrativo, es lograr un esquema de repartición de cupos al Mundial para toda América Latina y el Caribe, que contemple más el nivel de resultados de los equipos y no tanto la cantidad de universidades participantes. Pretendemos lograr un equilibrio entre el desempeño de los equipos y la participación de universidades. En ocasiones se da el caso que equipos fuertes del Caribe no clasifican a un Mundial por el tema de la cantidad de universidades participantes, inclusive con un desempeño superior al de equipos de otras regiones que sí clasifican”, explica.

Más allá de resultados y posiciones, la presencia de tres equipos cubanos en Beijing habla también del desarrollo del movimiento de ACM-ICPC en la Isla y de cuánto puede repercutir en el desarrollo del país. Para Luis Manuel Díaz Barón, el desempeño profesional de los estudiantes que formaron parte de los concursos de Programación Competitiva demuestra su valor para la formación de un profesional de las ciencias computacionales.

Desde su primera incursión en 2010, Cuba ha logrado clasificar a selecciones de cinco universidades a Finales Mundiales de ACM-ICPC. El puesto 44 del año anterior y los cinco problemas resueltos por UH++ se erigen como las actuaciones más prestigiosas de los conjuntos de la Isla. Sin embargo, ese rendimiento es para Dovier Antonio Ripoll la expresión de una larga etapa de trabajo.

“En el área de América Latina y el Caribe tenemos campeones entre todos los concursos regionales e incluso en la Final Mundial, algo que solo han logrado Brasil, Argentina y Cuba. En territorio cubano, específicamente desde la UCI, se desarrollan campamentos internacionales de entrenamiento que ya son referencia en varios lugares de nuestro planeta. Se ha logrado un buen sistema de trabajo con el preuniversitario que permite desarrollar a las futuras estrellas del ACM-ICPC”, y luego de su enumeración uno enseguida comprende el por qué de tanto orgullo.

Junto a esos éxitos, cada vez toma mayor fuerza la idea de auspiciar una Final Mundial en algún año posterior a 2020. Para los competidores cubanos, para todos los de América Latina, esa sería una oportunidad y un reconocimiento a los avances de la región en materias tradicionales para países del Primer Mundo. Ahora, cuando al otro lado del mundo los genios cubanos de la informática salgan a demostrar su valía, quizás estén labrando el camino para otros objetivos mayores.