¿Qué pasa con los fósforos en Cuba?

¿Por qué resulta tan difícil para la población lograr encender los fósforos que el país comercializa?

Un lector preocupado escribía hace unos días a la Redacción de Granma y luego de hacer la citada pregunta afirmaba que "los fósforos cubanos tienen una mala calidad extrema, de cien sirven diez, si acaso".

Y aunque su aseveración puede resultar exagerada para algunos, muchos usuarios que se han comunicado con Granma y otros medios del país aseguran que el producto tiene mala calidad, las lijas no son eficaces y las cajas están semivacías.

El tema es de larga data y ha llegado, incluso, a la Asamblea Nacional del Poder Popular. En julio del 2016, un informe presentado a esa instancia por el Ministerio de Industrias reconocía las insatisfacciones con la calidad, que se debían al deterioro de un equipamiento envejecido.

Asimismo, se explicaba que a pesar del programa de mantenimiento y recuperación de los equipos no se aseguraba la sostenibilidad; y que la solución radicaba en la ejecución de inversiones tecnológicas que permitieran alcanzar los parámetros de eficiencia y productividad.

A la complicada situación tecnológica se suma el incumplimiento en el cronograma de entrega de materias primas fundamentales, debido a lo cual  en el 2017  la Empresa Nacional de Fósforos (Enfos)  detuvo por seis meses la producción en las cuatro entidades encargadas de la fabricación de cerillos en el país, explicó a Granma Yurelkis Noda Triana, su directora general.

Cada una de esas fábricas cuenta con procesos completos, que parten desde las materias primas iniciales hasta el producto acabado. En general, se emplean 24 insumos en la elaboración de los cerillos y, de ellos, 17 son importados

En la cuerda floja de la calidad

Esa paralización de la industria, comentó la directiva, puede haber incidido en el disgusto más reciente de la población. La empresa tiene como norma vigente un tiempo de duración de un año a partir del momento en el que el artículo sale de la fábrica, después, está vencido. Por tanto, si el Ministerio del Comercio Interior (Mincin) comercializa lotes que llevan más de ese tiempo almacenados, la efectividad del fósforo sin dudas no será la misma.

Un factor de peso para la calidad es el clima tropical de Cuba: las fábricas emplean en la elaboración procesos basados en el uso del agua, por lo que la humedad ambiental atenta contra el producto.

Las características de las materias primas con las que se elaboran las cerillas también influyen,  y depende de que los proveedores cumplan los parámetros  establecidos.

Además, es esencial el capital humano. Los procesos son en su mayoría manuales, y si los operarios violan las normas del proceso de elaboración pueden influir en el resultado final.

Pero esos aspectos están estrechamente relacionados con un problema ya mencionado: la obsolescencia tecnológica que, según Noda Triana,  constituye todo un reto para la elaboración del producto.

«Todo el equipamiento con el que se cuenta tiene más de 60 años de explotación, y por eso es muy difícil encontrar piezas para importar en el mercado internacional. No obstante, hay que destacar el trabajo de la Asociación Nacional de Innovadores y

Racionalizadores en las fábricas y la industria de piezas de repuesto: más de diez empresas ayudan a dar sostenibilidad a la industria del fósforo».

Tal y como está establecido,  en cada una de las etapas de la producción –preparación del papel, corte y mixtado, envase– están presentes un técnico y un tecnólogo que deben garantizar un resultado óptimo en el producto y que esté acorde con los estándares exigidos.

Según la política empresarial vigente, el fósforo debe tener como requisitos, una  longitud de 29 a 33 mm de largo, 1,25 mm de ancho y la cabeza debe medir entre 4,5 y 5,5 mm.

¿Y entonces cómo se escapa el producto defectuoso? Cada unidad realiza un muestreo  solo al 10 % de la producción diaria: 500 000 cajas con 70 fósforos cada una.

Anualmente se producen cerca de 146 millones de cajas.

¿Habrán buenos fósforos?

Noda Triana afirma que están enfocados en trabajar para satisfacer la demanda de la población y la calidad del producto acabado. Por ello, se fomenta un programa nacional, que involucra varias empresas, para la elaboración de piezas de repuesto.

Agregó que, de conjunto con el Mincin, se trabaja para acortar los tiempos de la conservación del producto y asegurar las características de las instalaciones a donde se envían para su posterior comercialización.

«Se está tratando de insertar en la cajetilla que recibe la población la fecha de vencimiento, para que esta haga uso de sus facultades y exija un producto dentro de los estándares», aclaró.

En la actualidad, la industria cubana del fósforo garantiza la entrega del producto sin el funcionamiento de la empresa de Bauta, única en el país que los elabora de madera. Desde su paralización, hace cuatro años, el resto de las unidades aumentaron la capacidad productiva,  lo que implicó una explotación mayor de un equipamiento marcado por el tiempo.

Por ello, explicó la Directora de la Enfos, está en proceso una inversión a largo plazo en líneas de trabajo automatizadas de fósforos de madera, que representan un menor costo de producción.

Fábricas productoras de fósforo en Cuba

- Pinar del Río: Unidad Empresarial de Base (UEB) V Congreso del PCC.

- Camagüey: UEB Rafael Guerra Vives.

- Santiago de Cuba: UEB Paquito Borrero Lavadí.

- Guantánamo: UEB Capitana Cristina Pérez Pérez.

Indicaciones de uso

- Colocar en lugares frescos y secos
- No manipular con las manos húmedas
- Encender en sentido contrario a su cuerpo
- Mantener alejado del alcance de los niños

(Tomado de Granma)