Como dije la semana pasada, no tenemos prueba alguna de que se intervinieron los teléfonos en la Torre Trump, manifestó a la prensa el titular de ese grupo legislativo, el republicano Devin Nunes.
El 4 de marzo el presidente escribió en la red social Twitter que acababa de enterarse de que su antecesor, Barack Obama (2009-2017), intervino los teléfonos de la Torre Trump, en Nueva York, poco antes de los comicios de noviembre.
Trump llegó a comparar el hecho con el escándalo Watergate que le costó la presidencia a Richard Nixon en 1974, pero no mencionó evidencias que sustentaran sus afirmaciones.
Ante tales denuncias, el director del Buró Federal de Investigaciones, James Comey, instó al Departamento de Justicia a denunciar la declaración del mandatario debido a la falta de pruebas, pero la entidad no lo ha hecho hasta el momento.
Por el contrario, la agencia federal pidió al Comité de Inteligencia de la Cámara que le diera más tiempo para recopilar cualquier información que respaldara la acusación del jefe de Estado.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, manifestó ayer que Trump estaba muy confiado en que se presentarán los datos necesarios, los cuales deberán entregarse antes del 20 de marzo, cuando se realizará una audiencia pública en el Congreso.
Sin embargo, una mala noticia para la administración es que el fiscal general, Jeff Sessions, dijo este miércoles que no le dio al presidente ninguna razón para creer que fue sometido a vigilancia por orden del gobierno anterior.
Aunque el secretario de Justicia no puede participar en ninguna investigación relacionada con la campaña de Trump, pues se recusó de esas pesquisas ante denuncias de supuestos vínculos con Rusia, su criterio es una nueva señal de la inexistencia de pruebas para sustentar las afirmaciones del mandatario.
(Con información de Prensa Latina)