Palabras a los intelectuales: un discurso que olía a manigua

"Ese día había olor a manigua, a sierra", así describe Barnet la atmósfera durante el discurso Palabras a los Intelectuales.

Miguel Barnet fue la persona más joven en escuchar en la Biblioteca Nacional José Martí, hace 55 años, el discurso que luego se conociera como Palabras a los intelectuales. Él tenía 21 años y no había sido invitado al debate de aquellos días. Pero se pegó “como una lapa” a su amigo, el musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo Argeliers León, y logró vivir un momento que marcó un punto de inflexión en su vida.

Así lo comentó esta mañana en la propia biblioteca en una celebración que hacía homenaje a la fecha y en la que estuvo acompañado por el director de la institución, Eduardo Torres Cuevas; el miembro del Consejo Nacional de la Asociación Hermanos Saíz, Eldys Baratute y la presidenta de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, Liliam Mendoza.

"Ese día había olor a manigua, a sierra", comentó Barnet mientras describía el discurso fresco, moderno, directo, coloquial de Fidel Castro. “Era un discurso que llegaba al alma porque decía verdades indiscutibles”.

Al terminar de escuchar la célebre intervención, el hoy Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba tuvo la certeza de que su país tenía un nuevo líder que cumpliría con sus promesas.

Él está convencido de que Fidel es un iluminado. Aunque algunas mentes obtusas, oportunistas y mediocres aplicaran mal las ideas del líder de la revolución sobre la política cultural, supo unir todas las tendencias de la época y constituir una plataforma para el sistema de cultura del país.

“En un país donde el arte no estaba contemplado como una prioridad, Fidel estaba preocupado porque este país fuera uno culto. Y ha sido la espiritualidad del pueblo cubano la que ha sostenido como un motor propulsor de chorros de ideología a la revolución cubana.”