Los 209 miembros de la FIFA se reunirán en Zúrich, tras ser convocados a participar en el Congreso Extraordinario del organismo. Foto: FIFA
La FIFA se enfrenta este viernes al partido más crucial de su historia, pues deberá elegir al sucesor de Blatter, luego de varios meses involucrada en casos de corrupción, sobornos, fraude, pagos ilícitos, procesos judiciales, investigaciones, despidos y un presidente ausente, suspendido de sus funciones.
Este viernes los 209 miembros de la FIFA se reunirán en Zúrich, tras ser convocados a participar en el Congreso Extraordinario del organismo. Los delegados deberán aprobar o rechazar un paquete de reformas diseñadas para eliminar los problemas que empujaron la crisis de la FIFA y restaurar su reputación.
Blatter no estará presente en la votación ni entregará el poder a su sucesor, pues recordemos que fue suspendido ocho años de toda actividad relacionada con el fútbol por un "pago desleal" de US$2 millones a Michel Platini, quien también fue apartado por el Comité de Ética de la FIFA.
Pero más allá de la elección de un nuevo presidente, las reformas propuestas son las que delineen el futuro de ese deporte.
Una de las propuestas es limitar el tiempo a los puestos de mayor rango dentro del organismo, evitando los nombramientos de por vida o las continuas reelecciones. También se busca hacer públicos los salarios de los dirigentes, así como separar las decisiones administrativas del aspecto político de la relación con las diferentes asociaciones nacionales y regionales.
Por otra parte, se eliminará el "comité ejecutivo" y en su lugar se establecerá un consejo de 36 miembros, que deberá incluir a un mínimo de seis mujeres, para hacer acordar una estrategia global.
La responsabilidad de dirigir el día a día de la FIFA la asumirá un "secretariado general", que equivale a una junta ejecutiva, y el secretario general, que actuará como un director ejecutivo.
Las cuentas y balances administrativos serán revisados por una serie de comités, siendo el más importante el de auditoría y de cumplimiento que llevará un comité independiente.
Se espera que los delegados aprueben estas reformas, pero necesitan el apoyo de un 75% de las 209 federaciones presentes en la votación.
Si la FIFA no cambia, podría ser acusada bajo las leyes de Estados Unidos de ser una organización que incita el crimen organizado. Es por eso que las reformas pueden evitar que la FIFA sea clausurada por las autoridades y de esa forma garantizar el futuro de los torneos que organiza, como las Copas del Mundo de Rusia 2018 y Qatar 2022.
El jeque Salman bin Ebrahim al Khalifa de Bahréin es quien surge como el principal contendiente al contar con el respaldo de las confederaciones de Asia y África, aunque el voto no se hace en bloque y es secreto. Asimismo, como su principal rival aparece Gianni Infantino, secretario general de la UEFA, el organismo regulador del fútbol en Europa.
Se espera que se conozca la identidad del nuevo presidente al final de la tarde, hora local en Suiza.
(Con información de BBC)