Por: Xiomara Pupo Salgado, periodista de Radio Progreso.
No soy crítica de las artes en su sentido más amplio, sólo una televidente más de nuestro país y como tal siento preferencias por unos u otros productos televisivos.
Por qué aún persisten en los programas de la TV lenguajes sexistas que laceran la dignidad de las mujeres? hablo del número musical de David Calzado y su Charanga Habanera con aquel estribillo…¨ toma mi dinero, mi carro, etc., etc…¨ ¿ o es que todas las mujeres de mi país sólo aceptan esas condiciones para entregar su amor? ¡Cuidado! y no acepto aquello de a quién le sirva el sayo… ¡ cuánta diferencia en las letras de los grandes del pentagrama nacional; Corona, Junco, con sus inmortales Longina y Nosotros, respectivamente, quienes compartían sentimientos y dolores del corazón, sin ofender a la mujer, calificada muy bien por otro grande de las letras; Nuestro José Martí, cuando dijo: ¨ … la mujer es el taller natural de la vida.¨
Y qué decir de los reiterados, casi obscenos movimientos pélvicos de artistas y concursantes? todo tiene su tiempo y espacio, en cuanto al cuerpo de baile , hubo piezas musicales que distaban mucho del merengue o el casino que sus integrantes reflejaron, las canciones eran melódicas, suaves, tal vez un bolero bien bailado recordaría tiempos pasados y contribuirían a rescatar parte de nuestra cultura.
De buenas a primera presentaron a una cantante, llamada Nina, jamás pude entender qué decía, apenas audible, quedó apagada ante el empuje del grupo acompañante.
Sonando en Cuba, puede y debe tener otra brújula, de rescate, reitero, de belleza en el escenario, de nada valen vestidos al estilo de los premios Oscar, nuestra alfombra es verde como las palmas y las montañas, resta entonces cuidar de una vez y para siempre los productos televisivos destinados a todos los grupos sociales, cultura no es sólo bailar en una tarima o cantar a degüello, es transmitir valores y educar, esa es la palabra.