Ceres está situado en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter; la montaña descubierta se eleva cinco kilómetros sobre la superficie, lo que desconcierta a los científicos en cuanto a su origen, según el servicio de prensa de la NASA.
Además, aumentó a ocho la cantidad de manchas brillantes en la superficie del planeta que, según suponen los investigadores, pueden ser compuestos de hielo o sales.
Los científicos de la agencia espacial lograron medir una mancha, considerada la más grande por el momento: tiene un diámetro de nueve kilómetros.
La sonda estadounidense Dawn, lanzada por la NASA a finales de septiembre de 2007, fue la primera nave espacial, que tras estudiar el cuerpo celeste Vesta, el segundo asteroide de mayor tamaño del Sistema Solar, se dirigió al planeta enano Ceres.
(Con información de Prensa Latina)