Millones de musulmanes ascienden a Monte Arafat camino a La Meca

Millones de musulmanes de todo el mundo ascienden hoy al Monte Arafat, donde el profeta Mahoma dio su último sermón hace más de 14 siglos, el punto culminante de la peregrinación anual a la ciudad santa de La Meca, iniciado la víspera.

Vestidos de blanco, los creyentes islámicos comenzaron al amanecer su recorrido hacia el también conocido como el "Monte de la Misericordia", ubicado unos 20 kilómetros al sureste de La Meca, en el valle de Mina, donde iniciaron el sábado pasado su peregrinaje.

La peregrinación a la ciudad santa de La Meca, llamado Hajj por los musulmanes, es uno de los cinco pilares del Islam que todo musulmán debe hacer al menos una vez en su vida, si sus condiciones económicas y de salud
se lo permiten.

Repitiendo una y otra vez la frase "Labyek Alá" (aquí estoy,  íoh Alá! -Dios-, respondiendo a tu llamado), los islámicos comenzaron este lunes su ascenso al rocoso Monte Arafat, después de pasar toda la noche en oración.

Al mediodía, un sinnúmero de peregrinos cubrieron los principales accesos hacia la mezquita de Nameera, donde el gran muftí de Arabia Saudita, el jeque Abdel Aziz al-Sheikh, dio un sermón ante cientos de miles de fieles.

En su mensaje, al Sheikh instó a los musulmanes, tanto sunittas como chiítas a dejar de lado sus diferencias por el bien de la unidad y la construcción de un sólo pueblo, según un reporte de la cadena árabe Al
Arabiya.

Con el accenso al Monte Arafat, los peregrinos musulmanes, que según las autoridades de Arabia Saudita este año superan el millón y medio, se preparan también para participar en el Eid al-Adha (fiesta para el sacrificio).

De acuerdo a la tradición, los peregrinos deben permanecer en el Monte Arafat hasta la puesta del sol y luego trasladarse a la localidad de Muzdalifa, donde pasarán la noche e iniciar mañana a primera hora el ritual
de la lapidación simbólica del diablo.

Los peregrinos recogen en Muzdalifa guijarros para participar en la llamada "Lapidación de las Estelas", un ritual que dura tres días y con la que de manera simbólica confrontan al diablo, lanzando siete piedras contra unos enormes pilares.

Después, los fieles islámicos podrán regresar al valle de Mina y comenzar las celebraciones del Eid-al-Adh (Fiesta del Sacrificio), que junto con el mes de ayuno del Ramadán, es una de las festividades más importantes del Islam.

Durante esta festividad, con la que termina de manera oficial el peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, los musulmanes deben sacrificar un cordero, en recuerdo del sacrificio que hizo el Profeta Abraham al ofrecer la vida de su hijo.

(Con información de Notimex)