Obama mueve sus hilos en el Congreso

El gobierno de Barack Obama intenta convencer a los congresistas demócratas y a la oposición republicana para que respalden un ataque militar contra el gobierno de Damasco.

El senador republicano y candidato presidencial en 2008, John McCain, uno de los mayores críticos de la falta de acción de la Casa Blanca en el conflicto civil sirio, reconoció que una falta de acuerdo en el Congreso para respaldar una intervención militar sería "catastrófica".

"Estamos trabajando en una resolución que la mayoría de ambos partidos en el Congreso estén dispuestos a aprobar", indicó McCain, quien recordó que un rechazo en el Congreso sería un fuerte varapalo para la credibilidad de Estados Unidos.

McCain y Lindsey Graham, otro de los senadores conservadores de más proyección, coinciden con Obama en la necesidad bombardear Siria, sin desplegar "tropas sobre el terreno", pero que permita debilitar al gobierno sirio para que sea derrocado.

En una reunión de algo más de una hora, el presidente Obama, acompañado de su asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, dijo a los senadores que no responder a Siria envalentonaría a Al-Asad y sus aliados de la milicia chiíta Hizbulá e Irán, y pondría en grave riesgo a Oriente Próximo.

Ataque limitado

Los senadores pidieron que el ataque sería "limitado" y formaría parte de una estrategia que acabe con el gobierno de Al Asad y ponga a la oposición de la Coalición Nacional Siria (CNFROS) camino de la victoria.

"Un ataque limitado tendría sus efectos beneficiosos para cambiar la marcha en el campo de batalla (que ahora beneficia a las fuerzas leales a Al Asad), ya que nunca habrá un acuerdo político en Siria mientras Asad esté ganando", asegura Graham.

"Necesitamos articular un compromiso que reduzca las capacidades de Asad y aumente las capacidades (militares) del Ejército Libre Sirio (representante ante Washington de las fuerzas armadas opositoras)", afirmó McCain.

(Tomado de Expansión)