Marrero tuvo una larga carrera, porque además de llegar a las mayores, jugó en torneos nacionales, en mundiales de aficionados, en la Liga Profesional cubana, en doble A y triple A, todo esto, durante más de dos decenios, aunque llegó a estos certámenes, con 27 años, pues antes solo jugaba en novenas de Sagua La Grande.
En la actualidad, los aficionados se asombran del excelente control de muchos lanzadores de varios de países, y en este importante aspecto, Conrado Marrero es un ejemplo para cuatro generaciones.
El receptor cubano Andrés Fleitas, quien le recibió en series mundiales amateurs y en el club profesional “Almendares”, en una entrevista aseguró que podía liquidar juegos de nueve innings con 89, 93 y 95 lanzamientos, empleando solo 10 ó 15 rectas en total; es decir, tal era el control de Marrero, que los contrarios tenían que salir a tirarle a sus envíos, porque “El Premier” lanzaba muy pocas bolas.
Marrero, cuando triunfó la Revolución se dedicó a enseñar a niños y trabajó con varias novenas para las Series Nacionales. Braudilio Vinent, Orlando Figueredo y Ciro Silvino Licea, son algunos de los pasaron por sus manos en su también larga labor como entrenador.
«También de ellos aprendí, porque no crea que es solo enseñar», puntualizó Marrero en una entrevista con nuestro compañero Tony Díaz, de Jit.
El 12 de octubre del 2003 fue condecorado con el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba en el estadio Latinoamericano. Antes, en 1998, había recibido la Orden Lázaro Peña, que otorga la Central de Trabajadores de Cuba.
Tenemos en Conrado Marrero a uno de los más notables lanzadores de todos los tiempos, por sus resultados y gran control; así que su actuación es digna de imitar, y nosotros felicitamos a este ejemplar pelotero cubano por su 102 aniversario y por su digna y ejemplar trayectoria.
(Con información de Radio Reloj)