El Zucotti Park de Martí

La estatua de José Martí, en el Parque Central de Nueva York. A la derecha, uno de los afiches utilizados en esa ciudad por el movimiento Occupy Wall Street

Por Cristina Escobar

"La indignación tiene un lenguaje que no deja lugar a la defensa"

José Martí

Nueva York es la ciudad donde las fuerzas simbólicas del capitalismo se mueven. Desde allí se originó la crisis, frente a computadoras y cálculos proféticos. Lo que comenzó en el plano de lo simbólico, hoy es el problema objetivo de millones de personas. Muchos de los que no tienen trabajo y viven la incertidumbre de los quiebres económicas de sus imperios, ya sean europeos o norteamericanos, consideran inútil continuar buscando empleo, o exigir, en murmullos, el derecho a ser apoyados por sus gobiernos. Ahora protestan a viva voz, en la cara de los culpables, que parecen sordos.

Hace más de un siglo un hombre excepcional describió las circunstancias que hoy vivimos: "Estamos en plena lucha de capitalistas y obreros. Para los primeros lo importante es el crédito en los bancos, las esperas de los acreedores, las cuentas de fin de año. Para el obrero es la cuenta diaria, la necesidad urgente e inaplazable, la mujer y el hijo que comen por la tarde lo que el pobre trabajó para ellos por la mañana". A pesar de tener más de cien años, esta frase pudiera haber sido escrita hoy mismo, o mañana... No por citado una y otra vez, la lucidez de José Martí pierde sentido. ¿Qué habría pensado al ver las calles de Nueva York llenas de esos obreros que ahora, sin trabajo, revelan que el sistema les tiene siempre reservada una posición desventajos?

Él supo contra qué había que luchar, ese poder de entonces, que es el mismo de hoy, encubierto tras las instituciones políticas y económicas. ¿Qué habría hecho Martí, con su alto sentido de la humanidad, su inteligencia y su capacidad de sacrificio al ver cómo los imperios caen en crisis y se las cobran a los mismos de siempre?

¿Qué habría hecho al ver cómo rocían a las víctimas de sus juegos económicos con gas pimienta? ¿Qué habría hecho si caminara hoy por esas calles neoyorquinas tan conocidas para él, que hoy se llenan de pancartas, y campamentos de los que protestan?... Quizás muchos piensen que hubiese estado en el bando de los indignados, de quienes a falta de tanto buscan la resolución, al menos, de las insatisfacciones inmediatas... Sin embargo, Martí hubiese ido más allá, hubiese sido, nuevamente, el hombre de las ideas profundas para la acción definitiva.