Lourdes de Quesada, jefa del Departamento de Ensayos Clínicos de esa institución, informó que las vacunas terapéuticas para tratar tumores malignos propiciaron supervivencias a la enfermedad por hasta más de un año, después de agotar otros recursos.
Añadió que, aunque las vacunas no representan una cura para el cáncer, demostraron efectividad en la eliminación del dolor, la reducción de las lesiones, la disminución en el consumo de analgésicos y una mayor calidad de vida en enfermos terminales.
Entre los ensayos clínicos con anticuerpos monoclonales en Camagüey sobresalen, particularmente, el de la localización de cabeza y cuello, en fase cuatro de experimentación.
(Tomado de Radio Reloj)