Ecocidio en el Golfo de México

Una gran cantidad del petróleo derramado en el Golfo de México no saldrá a flote debido a que la empresa British Petroleum (BP) está usando dispersantes que sumergirán el crudo aumentando la toxicidad en las aguas marinas de la región impactada.

Esta es una técnica de maquillaje verde para ocultar la magnitud del daño que está dejando a su paso el vertido de miles de barriles de petróleo que diariamente emanan del fondo marino, donde está la fuga que se abrió tras la explosión de la planta Deepwater Horizon, propiedad de BP (British Petroleum).

En la zona, expertos de Greenpeace Estados Unidos y el Dr. Rick Steiner, experto en conservación marina de la Universidad de Alaska, están documentando los impactos ambientales que está generando el vertido de petróleo en la superficie marina.

El Dr. Steiner conoce los daños provocados por desastres petroleros como el del Exxon Valdez, en Alaska en 1989. De acuerdo a lo ocurrido, ahora en el Golfo de México, el petróleo se está mezclando con el agua de mar, y por ello, lo que se alcanza a ver desde la costa o en sobrevuelos es sólo una parte del desastre, el resto sigue sumergido.

En estos momentos, la empresa British Petroleum está utilizando un dispersante conocido como Codexit, en la fuente del derrame, para evitar que el petróleo salga a la superficie. El especialista explica que esto añade más toxicidad a la zona, ya de por sí contaminada, lo que provocará más daños para la vida marina. Utilizar el dispersante representa ahorros económicos para BP, que podrá contratar menos barcos pesqueros -a $1,500 dólares el día- para recoger el petróleo.

Cuando no se usan dispersantes, el petróleo alcanza la orilla y mata también a las aves; cuando es usado, se queda en el agua y mata a los peces. Es importante tener en cuenta que matar a los peces significa eventualmente matar a las aves debido a que se contamina toda la cadena alimenticia.

Otra de las estrategias de BP es contratar a los pescadores locales para que ayuden en las tareas de limpieza, pero en el contrato colocan una cláusula "mordaza" donde les exigen no hablar con los medios de comunicación.

Los objetivos de BP son:

Greenpeace está alertando a los residentes locales de Louisiana sobre lo que representó el daño ambiental por el derrame del Exxon Valdez, que tomó más de 20 años de batallas legales para que Exxon empezara a pagar por daños a las personas de Prince William Sound, y que el arreglo final fue de sólo una décima parte de la compensación original. La intención es que esta experiencia no se repita para los afectados por este derrame en el Golfo de México.

(Tomado de Green Peace Argentina / Blog de Chávez)