Gobernadora de Arizona firma ley que criminaliza a indocumentados

Esta fotografía del 14 de abril del 2010 muestra a la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, en la sede del Legislativo en Phoenix. Foto: Matt York / AP

La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, promulgó este viernes una ley que convierte en delito la inmigración ilegal en ese estado fronterizo con México y permite a la policía detener a cualquier persona si hay "sospecha razonable" de que es inmigrante ilegal.

"Es un arma más para atajar un problema que el Gobierno federal se ha negado resolver", dijo la gobernadora, del Partido Republicano, antes de firmar la medida.

Brewer firmó la ley mientras frente a la sede del Capitolio estatal centenares de manifestantes protestaban por la iniciativa que pocas horas antes el presidente Barack Obama había calificado de "mal encaminada".

También prometió que al ponerse en vigencia la ley los que se encarguen de aplicarla no actuarán contra los inmigrantes que residen legalmente en el país, sin embargo la decisión de detener a un individuo para saber si es inmigrante o no, simplemente por su aspecto, depende de la subjetividad de los policías.

"No habrá medidas de la policía dirigidas contra ciertos sectores étnicos", indicó. Cálculos oficiales señalan que en Arizona viven unos 460.000 inmigrantes indocumentados, la mayoría de los cuales son de origen mexicano.

Barack Obama calificó a esta ley como "irresponsable".

MANIFESTANTES DICEN:"SERA ANULADA".

Manifestantes reunidos alrededor del parlamento en Phoenix, la capital de Arizona, reaccionaron hoy con rabia tras la promulgación de la controvertida ley para perseguir a los inmigrantes indocumentados, y se consolaron con la posibilidad de que sea "anulada por inconstitucional".

Miles de personas, en su mayoría latinos, protestaron en el centro de Phoenix y también en Tucson, otra de las principales ciudades del estado. Cuando la gobernadora, la republicana Jan Brewer, firmó la ley, las multitudes -que seguían los acontecimientos gracias a radios hispanas- estallaron en gritos, silbidos y abucheos.

"Vergüenza", gritaban algunos de ellos. Otros portaban pancartas con la leyenda "Basta", mientras que algunos manifestantes arrojaron botellas de agua a la policía cuando un grupo de agentes detuvo a uno de los participantes de la protesta.

Según el relato del diario Arizona Republic, "la calma volvió enseguida a la manifestación".

Frankie del Toro, un estudiante del oeste de Phoenix, entrevistado por el diario, no dudó en calificar la ley como "racista" y "discriminatoria".

Más temprano, cuando la multitud se estaba reuniendo frente a la sede del parlamento, el alcalde de Phoenix, el demócrata Phil Gordon, arengó a los manifestantes y les pidió que continuaran la protesta en calma.
"Es claramente inconstitucional", dijo Gordon, según el cual la ley "será anulada" bajo el peso de apelaciones.

Frente a la multitud que manifestaba contra la ley, un grupo de cuarenta personas se expresaba en favor de la gobernadora, escudados por un cordón policial.

"Detengan la inmigración ilegal", pedía el cartelón que enarbolaba Judy Hoelscher, quien se identificó ante un reportero del Arizona Republic como una "ama de casa derechista enojada".

(Con información de Agencias)