Rebeca Murillo afirmó también que la muerte de su hermano, Isis Obed, de 19 años, llenó de indignación y coraje a la familia para continuar la lucha por la restitución del orden constitucional en el país.
Tengo más valentía. Vamos a seguir adelante, subrayó la joven, en declaraciones a periodistas en el mismo lugar de la salida sur del aeropuerto de Toncontín donde fuera abatido de un certero disparo a la cabeza Isis Obed.
Miles de personas realizaron una marcha hacia el lugar como parte de las protestas que por 14 días consecutivos se mantienen contra el golpe de militar del pasado 28 de junio contra el presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Líderes del Movimiento Nacional contra el Golpe de Estado y artistas populares rindieron un conmovedor tributo al joven, considerado un mártir de las luchas democráticas de la nación.
Con lágrimas de indignación, Rebeca Murillo rechazó las declaraciones del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, quien alegó que los militares sólo dispararon balas de goma ese día contra los manifestantes.
Denunció que las autoridades de facto se niegan a entregarle a la familia los resultados de la autopsia practicada al cadáver de Isis Obed.
Aseguró que ese es un esfuerzo de los militares para sostener la versión de custodio, uno de los personajes hondureños más repudiados durante las manifestaciones pacíficas por su alineamiento con los autores de la asonada.
La joven censuró el arresto hace dos días de su padre, David Murillo, quien manifestó que la muerte de su hijo sólo incrementará el valor de la familia para continuar en la lucha hasta la derrota del golpe.
Isis Obed fue uno de los cientos de miles de personas que acudieron el domingo 5 al aeropuerto a la espera del regreso de Zelaya, frustrado por los golpistas.