El cardenal de Tegucigalpa, Oscar Andrés Rodríguez, admitió hoy que le "preocupa" la polarización existente en Honduras desde el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, pero evitó rectificar su apoyo al régimen de facto que depuso al mandatario constitucional del país.
Durante las manifestaciones de las organizaciones populares que se suceden contra el golpe, los participantes corean consignas y escriben en las paredes frases contra el cardenal Rodríguez, que también es cuestionado desde el seno de la Iglesia.
El cardenal Rodríguez admitió hoy que "le preocupa la polarización de la sociedad hondureña" y "la violencia, porque se puede protestar sin dañar la propiedad, sin insultar, de la manera civilizada y educada".
Rodríguez, en un nuevo aval al régimen de facto, rechazó la supuesta "injerencia" en Honduras del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero evitó pronunciarse sobre las condenas internacionales a los golpistas.
"Somos un país pequeño, pero un país soberano, desde que vino a insultarnos en el mes de agosto, este señor ha estado tratando de meter aquí sus manos, que nos deje en paz, que se dedique a gobernar su país y basta", afirmó sobre Chávez.
Los manifestantes que diariamente exigen en las calles de Tegucigalpa la restitución del depuesto presidente Manuel Zelaya, han incorporado a la nómina de cómplices del golpe de Estado al cardenal Oscar Andrés Rodríguez.
El cardenal Rodríguez, considerado candidato a Papa por América Latina, leyó el sábado un comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras en el que justificó el golpe de Estado contra Zelaya.
El comunicado fue leído a través de la cadena de radio y televisión oficial, facilitada por el presidente de facto de honduras, Roberto Micheletti.
Después de concluir la lectura del comunicado, Rodríguez pidió a Zelaya que no regresara a Honduras, para evitar un "baño de sangre".
"En Honduras el cardenal Rodríguez ha sido una figura emblemática, un conciliador y líder espiritual, pero consideramos que le ha dado la espalda al pueblo al avalar el golpe de Estado, es un cardenal para los ricos, no para los pobres", afirmó Marvin Ponce, diputado del izquierdista Partido Unificación Democrática y dirigente obrero de la "resistencia popular".
Ponce dijo que como católico "estoy muy triste porque hemos perdido la confianza en el cardenal, y va ser difícil que él restablezca su credibilidad".
El padre Andrés Tamayo, de la Diócesis del departamento de Olancho y dirigente el movimiento ambientalista en esa región, también criticó al cardenal Rodríguez por "su preferencia por los ricos".
"Al cardenal no le compete justificar el golpe de Estado, ni pedir al presidente Zelaya que no regrese porque va haber derramamiento de sangre, él tiene que hablar para el pueblo, no para las élites", afirmó el sacerdote.
Para Tamayo "es necesario platicar con el pueblo, no solo con las autoridades y, peor todavía, con los golpistas".
El sacerdote de Olancho subrayó que "alguien que quiera cerrar los ojos para no ver la verdad, es un ciego, y aquel que no dice lo que dice el pueblo, es un mudo".