Armar una pequeña piscina, programar ejercicios con la bicicleta estática y correr sobre un tapiz en el suelo, ha sido la solución de Leslie Amat Álvarez para no perder la condición física en estos tiempos de “pausa deportiva”, a casua del nuevo coronavirus.
Desde su casa en el Cerro, junto con el entrenador, Dioseles Fernández, la principal triatleta cubana no detiene el entrenamiento. Estar lista para la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados por la propagación de la COVID-19, es la meta de esa deportista de 27 años.
Una intensa actividad tuvo Leslie en 2019. Invitada por la Unión Internacional de Triatlón (ITU, por sus siglas en inglés), asistió a varias copas del mundo. También tuvo una destacada actuación en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, el pasado verano.