Tempestad en La Habana

Todas las tardes, desde hace un par de semanas, el cielo de La Habana se cierra, se desatan de súbito lluvias y truenos, y cuando comenzamos a tener conciencia de que el mundo se nos viene encima, la atmósfera se despeja tan rápido como se había encapotado y salen de paseo unas nubes domingueras, como dibujos de alguna pintura al pastel.

Ismael Francisco, nuestro fotógrafo, capturó el momento en que la tarde no es noche ni día, y la ciudad se trastoca en aquellos versos del poeta José María Heredia, en "La tempestad":

¡Qué nubes! ¡qué furor! El sol temblando
Vela en triste vapor su faz gloriosa,
Y su disco nublado sólo vierte
Luz fúnebre y sombría,
Que no es noche ni día...
¡Pavoroso calor, velo de muerte!
Los pajarillos tiemblan y se esconden
Al acercarse el huracán bramando,
Y en los lejanos montes retumbando
Le oyen los bosques, y a su voz responden.

La tempestad en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

La tempestad en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

La tempestad en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

La tempestad en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate