Depredación VS supervivencia

La vida es un continuum, un tránsito incesante, una violenta oposición de contrarios. La vida sufre (o goza) la doble condena de morir y renacer, de no cesar nunca, de consumirse en medio de las condiciones más sufrientes pero también de resurgir en las más inesperadas. La vida, cambiando el sujeto en las líneas con que Borges finaliza su “Nueva refutación del tiempo”,

es un río que me arrebata, pero yo soy el río;
es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;
es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.

Estas fotografías podrían tomarse como ejemplo de la dialéctica violenta inherente a todo proceso vital. Se trata de escenas comunes, corrientes en el sentido de cotidianas, pero al mismo tiempo síntesis instantáneas de la pulsión fatídica que, imprescindiblemente, anima la vida.

Búho y ratón. Foto: Tom Samuelson.

Águila calva y pato. Foto: Henrik Nilsson.

Halieto (águila pescadora) y pez. Foto: Austin Thomas.

Pelícano y pez. Foto: Ali Alqudsi.

Abubilla y oruga. Foto: John Gooday.

Frailecillo y un puñado de peces.

Foto: Greg du Toit.

Garcilla india y ratón. Foto: Nitin Prabhudesai.

Halcón de cola roja y roedor. Foto: Salah Baazizi.

Serpiente y pez. Foto: Hermant Kumari.

Oso pardo y salmón. Foto: Harry Eggens.

Cocodrilo y pez. Foto: Bob Gill.

Foca leopardo y pingüino papúa. Foto: Amos Photography.

Foto: Michael Poliza.

Hienas y cebra. Foto: Marc MOL.

 (Tomado de Pijamasurf)