Interioridades de cómo a la vacuna cubana contra la COVID-19 se le llamó Soberana 01

Apareció por vez primera escrito a mano y al final de un papelito con todas las informaciones que requería el ensayo clínico del primer candidato vacunal cubano contra la COVID-19. En esa misma hoja, se escribieron antes otros posibles nombres, asociados al SARS-CoV-2 que da origen a la epidemia y otras variantes; pero ninguna parecía funcionar.

Con tantas tensiones, propias del propósito de alcanzar en pocas semanas la obtención de una vacuna, empeño que habitualmente requiere de años de investigación, y ante la urgencia de parar una pandemia que arranca vidas todos los días en los más variados confines del planeta, el equipo de investigadores del Instituto Finlay de Vacunas, del Centro de Inmunología Molecular (CIM) y de la Universidad de La Habana probablemente no hubiera dedicado un minuto a pensar en el nombre que le pondrían a los candidatos vacunales, era mucho más importante darles vida, que nombrarlos; pero para registrar el ensayo clínico uno de los ítem a llenar era el nombre corto que recibiría el ensayo, no el candidato vacunal, y entonces eso obligaba a pensar.

La Dra. Meiby de la Caridad Rodríguez González, como jefa del ensayo clínico por parte del Instituto Finlay de Vacunas, estaba a cargo de llenar el expediente para su registro y ya no es un secreto el propósito que los animaba de que todo estuviera listo para el 13 de agosto, como regalo a quien inspiró el desarrollo científico de Cuba y especialmente en el sector de la biotecnología. Varias personas trabajaban tarde en la noche en su casa. Después de descartar otras variantes, emergió SOBERANA, como un regalo que los iluminaba a todos.

Dra. Meiby de la Caridad Rodríguez González, como jefa del ensayo clínico por parte del Instituto Finlay de Vacunas. Foto: Naturaleza Secreta

Obviamente, la solicitud del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, realizada el pasado 19 de mayo, de obtener una vacuna cubana contra la Covid, independientemente de que otros países obtuvieran la suya, porque ello nos daba soberanía, subyacía en la aparición de este nombre. Y la idea era muy clara y convincente, y rápidamente se convirtió en el motor impulsor de un grupo de varias decenas de investigadores que se concentraron en cumplir con este propósito, no sin escollos adicionales, propios de nuestra condición de país bloqueado, pero los supieron vencer.

La Dra. Meibi (a quien pertenecen las fotos que acompañan esta publicación) hizo la propuesta de llamar SOBERANA 01 al primer ensayo clínico del primer candidato vacunal cubano al director general del Instituto Finlay de Vacunas, el Dr. Vicente Verez, al director adjunto de esta institución, el Lic. Yury Valdés Balbín, y a otros compañeros del equipo creador de la vacuna, y todos se miraron y asintieron. SOBERANA se impuso sin discusión, sin dudas. El 01 que la acompaña, señala que es el primer ensayo clínico de ese candidato vacunal.

El resto de la historia es conocida. La noticia de que Cuba tenía su propia vacuna a las puertas de un ensayo clínico rodó de voz en voz, en post compartidos que rápidamente se hacían virales, más que el propio SARS-CoV-2, alegrías que contagiaban más que la Covid y todos se apropiaban de SOBERANA 01 para llamar a la vacuna, cuando en realidad era el nombre del ensayo; pero cómo bien ha afirmado el Dr. Vicente Vérez, el pueblo se apropió de este resultado y nombró a la vacuna soberanamente, y ya ese es su nombre, no solo el del ensayo. Ahora, ni el segundo candidato vacunal, ni su ensayo clínico, se llamarán SOBERANA 02.

Pero volviendo a SOBERANA 01, y como la casa de Meibi fue el primer lugar de este alumbramiento, donde se reúnen habitualmente distintos compañeros del Finlay para prolongar las jornadas laborales, su hija −estudiante de arquitectura, quien ha desempeñado un rol de apoyo tremendo en el funcionamiento de su casa, cuando la madre llega todos los días a altas hora de la noche− jocosamente bautizó a la casa como el Hostal Soberana.

Costó trabajo componer esta historia, pues en el equipo de creadores de la vacuna cubana contra la COVID-19 nadie quiere adjudicarse algo individualmente, y evidentemente esta es una creación colectiva, a partir de un llamamiento presidencial que puso el pie para componer la décima. Y es difícil encontrar una mejor manera de llamar a esta hazaña de la ciencia cubana, bienvenida, entonces, la vacuna y su nombre: SOBERANA 01.

(Tomado de Naturaleza Secreta)